La planificación deportiva de este año se ha llevado a cabo con sentido. Se intuye un plan —mejorable en el lateral derecho suplente— con un refuerzo claro del nivel medio-alto de la plantilla y futbolistas que puede ser titulares en breve y durante mucho tiempo. Los fichajes, sobre el papel, me parecen, en definitiva, muy bien tirados (salvo el portero, por el precio) y creo que tienen un sello de autor importante en una dirección deportiva.
Por otra parte, este mercado ha acabado por confirmarme una sensación negativa que ya vengo años arrastrando. Estoy lejos de ser de los más negativos o apocalípticos en cuanto a la valoración de nuestro momento deportivo/juego, pero hay algo en lo que si soy bastante pesimista: ¿qué carajo pretendemos de nuestros jóvenes?
Para el club, con Luis Enrique a la cabeza, dar una mínima oportunidad a un joven —y no me vale contra el Villanovense rodeado de otros inexpertos y Adrianos— se ha convertido en la excepción y no la norma. Seguro que hay casos con cierta explicación o justificación, pero cuando se repite el patrón una y otra vez está claro que se hace por convencimiento.
Vayamos por partes. Halilovic, se le ficha con 17 años y… ¿qué se espera de él? Primer año en el B, temporada desastrosa del filial descenso y pocas conclusiones. Después va a Gijón y hace una temporada más que digna. Respuesta: venta ridícula al Hamburgo. ¿Qué se esperaba exactamente de Halilovic al ficharlo? ¿Qué rompiera en Bale o Neymar a las dos semanas? No, lo fichas joven porque esperas desarrollarlo, lo cedes para que crezca, lo hace y lo largas. Es una dimisión absoluta en la labor de formación en el primer equipo. Dejamos en manos de un entrenador random de un equipo random el futuro culé de Halilovic. ¿Y si el técnico del Hamburgo es un cafre que lo pone a perseguir al lateral? Adiós Halilovic, porque —claro— “no ha demostrado nada en un equipo peor”. ¿Y se lesiona para 6 meses? Lo mismo. Y no porque no nos sirva a nosotros, sino porque no le sirve al Hamburgo.
Caso Samper, toda la vida en el Barça, apariciones con el 1r equipo. Se le renueva y se le da ficha con la primera plantilla. Pasan unas semanas y cesión. Y con Busquets como único mediocentro puro en el Barça. Sí, está claro que jugar 30 partidos es bueno para el crecimiento de un joven pero hay una noción muy equivocada según la cual un chaval de 20 o 21 años solo progresa si juega titular siempre. Falso. Iniesta jugó poco su primer año, Messi lo mismo o Puyol. Para un mediocentro es mejor 18 partidos en el Barça que 40 en casi cualquier otro sitio, aunque Granada me parece buen destino a priori. Tiene ya 21 años y debutó hace 2. Ya hace tiempo que debería estar en dinámica primer equipo.
Vayamos con el último caso: Munir, uno de los que más me ha dolido porque empaña un fichaje bueno. Para mí Alcácer encaja a la perfección en el perfil de delantero que se buscaba, una vez parece consolidada la opción Arda para el extremo. Me gusta; es un jugador inteligente, capaz de devolver una pared sin que Messi muera de una embolia en el intento, grandes desmarques y buenísimo remate al primer toque. Creo que nos aportará. De nuevo, por otra parte, hay una cara B que no me gusta nada y es la de Munir. Jugador que debutó hace 2 años y que se tiene que ir —además sin billete de vuelta en forma de recompra— a un equipo que ahora mismo es una absoluta locura. Nos desprendemos de un jugador de 20 años para siempre sin haberlo visto con continuidad.
Me gusta la llegada de Paco pero no me gusta nada la operación. Con esta salida de Munir se desmonta el mito de que salen los jóvenes para formarse o crecer con una intencionalidad deportiva, salvo alguna excepción. Los empaquetan al primer sitio que se presenta, sea el Everton, el Villa o el Valencia, y en algún caso como éste sin ni siquiera la opción de recompra.
Me cae bien Luis Enrique, creo que es un culé a muerte. Hay cosas del juego que me gustan mucho —eso de que aburre el juego me parece una locura— y otras aspectos que me gustan menos, pero tampoco le tengo la tirria o el desprecio que sí veo en algunos culés. En esto, sin embargo, mi juicio es severo. Creo que su paso por el Barça tiene un punto nocivo a medio plazo. ¿Qué incentivo tiene ahora un Alenyà, o un juvenil o cadete para quedarse cuando viene la Premier con ofertas tentadoras? Total, saben que antes de tener una oportunidad consistente en el 1r equipo van a tener que salirse en otro sitio o peinar canas. Es temerario confiar el futuro de nuestros jóvenes al rendimiento en equipos random que no son el Barça.
Al margen de todo esto, que concierne a la fase final de consolidación de un canterano, las cosas tampoco se están haciendo bien más abajo, en la fases más decisivas para la formación de los chavales. No tengo el conocimiento de las inferiores para profundizar en ello, pero el hecho de que haya casi más canteranos en el 1r equipo que en el B este año lo dice todo. Estamos a tiempo, pero con un mercado salvaje como el de ahora negligir nuestro futbol base, nuestra alma, puede tener en un contexto como el actual unas consecuencias gravísimas para el futuro. Que nos salgan canteranos buenos no es algo casual. Claro que hay ciclos y Messis o Iniestas no los veremos más, con toda probabilidad. Pero sin interés, buen trabajo y una apuesta decidida, no es que no nos saldrán Messis; es que quizás no nos salga gente como Pedro o Sergi Roberto.