Aunque desde hace algunas temporadas escriba en el Yoya sobre los arbitrajes en los partidos de Barça y Real Madrid, no me gusta centrar las crónicas en el trencilla. Pero, el partido de hoy, estoy seguro de que hubiese sido muy distinto con otro juez que no fuese Undiano. Y no hablo del resultado final, que desconozco si hubiese sido mejor o peor.
Hablemos primero del transcurso del juego antes de centrarnos en la labor del colegiado que merece un análisis aparte.
Se inició el partido con un Valencia muy intenso y presionante al que respondió el Barça con un futbol más controlador, sobretodo tras ver que una excursión de Umtiti en el primer minuto y posterior pérdida de balón, nos costó el primer contrataque ché aunque sin peligro.
Las lesiones de Piqué y Alba nos obligaron a hacer una defensa de circunstancias con Mascherano-Umtiti como centrales y, por las bandas, Sergi Roberto y un Digne muy exigido por un Cancelo que hoy jugaba en posición adelantada.
Nuestro centro del campo, con Busquets, André Gomes e Iniesta no sufría demasiados problemas hasta que, en el minuto 12, una fuerte entrada de Enzo Pérez acabó con el manchego saliendo en camilla. Posteriormente comentaremos la jugada con más detalle.
Esto obligó a Luis Enrique a poner a Rakitic en su posición habitual y situar a André Gomes – que poco aportó- como interior izquierdo. Con la pérdida de Don Andrés, perdimos creatividad en ataque pero el croata acabó siendo de los mejores del partido.
Precisamente fue Rakitic quien inició la jugada el 0-1 entrando en posición de extremo por la derecha. Tras algún rebote, el balón acaba en pies de Messi que , con un chut lejano, bate a Diego Alves. Si Luis Suárez, en posición ilegal, estorbaba más o menos al portero valencianista, también lo analizaremos en el capítulo Undiano.
A partir del primer gol, vinieron los mejores minutos de nuestro equipo y ocasiones muy claras. Pasada la media hora, una gran combinación de la delantera acaba con chut de Messi, Diego Alves salvó dos goles de Suárez casi cantados y en la última jugada de la primera parte, una chilena de Neymar acaba saliendo por encima del larguero.
También el Valencia tuvo su ocasión, una sola. En un despiste de nuestra zaga en un fuera de banda, Ter Stegen salva el gol en un mano a mano con Parejo.
La segunda parte parecía que iba a seguir la tónica de la primera aunque se veía a un Valencia que salía muy conectado, como al principio del partido. Pero, la primera ocasión clara la tuvo Neymar en un gran chut que despeja Alves y Rakitic acaba mandando el rebote a la base del palo izquierdo de su portería.
Tras esta jugada, como si alguien hubiese accionado un interruptor, el Barça, como en la primera parte de Vigo, perdió los papeles durante unos 10 minutos y propició que el equipo blanco le diese la vuelta al marcador. Primero fue Munir en un gran disparo desde fuera del área (¿por qué le dejaron solo?) y, tres minutos más tarde, Parejo entrando en el área por la izquierda y rompiendo el fuera de juego, fusiló a Ter Stegen. La cosa no fue más grave porque Digne, rectificando por velocidad, le quitó el balón a un delantero valencianista cuando se quedaba solo ante el portero alemán.
A partir de ese momento, los blaugrana, con más orgullo que futbol, se pusieron el mono de trabajo y empujaron al Valencia hacia su área. Menos mal que el empate tardó poco en llegar. En un corner muy bien lanzado, Rakitic cabecea a puerta y Luis Suárez, entrando como un obús por la izquierda, envía a la red el rechace de Diego Alves.
Pero el Valencia se defendía bien con la intensidad que se había permitido durante todo el partido y, a pesar de que parecía que firmaban el empate, Nani tuvo una ocasión clarísima en el minuto 81 que envió fuera cuando estaba solo ante puerta.
El Barça, que consideraba que ya había perdido muchos puntos desde el inicio del campeonato, seguía buscando puerta con más voluntad que acierto. Denis Suárez, que había sustituido a André Gomes a veinte minutos del final, aportó poco en ataque pero consiguió abrir ciertos espacios por la derecha.
Todos sabíamos que, en un partido con tantas alternativas y cosas que contar, podía pasar algo antes del final, un final que Undiano se había encargado de precipitar descontando solo 2 minutos. Y vaya si pasó algo, nuestros cracks – en un partido en el que no habían estado muy finos pero si activos- se pusieron el partido a sus espaldas en el último minuto y, tras una gran combinación Neymar-Messi, el balón acaba a pies de Luis Suárez solo ante el portero y es derribado por Abdennour. El árbitro no tiene más remedio que señalar pena máxima que Messi acaba transformando con suspense ya que Alves se tiró bien hacia la base del poste derecho por donde entró ajustado el balón.
Partido muy trabajado y duro tras una semana de Champions que, quieras o no, te acaba castigando físicamente. Victoria merecida, tres puntos más y a casa con la sensación de haber perdido más –Iniesta- que lo ganado.
Entremos ahora en el capítulo arbitral. Se hablará de que no nos podemos quejar del colegiado porque metimos un gol dudoso y otro de penalti en el último suspiro. Pero yo pienso que si podemos – y debemos – quejarnos. Ya está bien de permisividad con la dureza, de que los nuestros acaben más sancionados que el rival por protestas y/o por faltitas.
Vayamos por partes. Antes de la lesión de Iniesta, Mario Suárez ya había hecho de las suyas con Neymar y, posteriormente le fueron perdonadas dos amarillas de libro por entrada al tobillo de Messi y por marcarle los tacos en la espinillera de André Gomes. Este jugador no fue amonestado hasta el minuto 68. Manda huevos.
En la entrada de Enzo Pérez a Don Andrés, en la que no fue señalada ni falta, es cierto que el defensa saca el balón con su pierna izquierda pero con la derecha golpea la pierna del barcelonista justo cuando apoyaba el pie en el suelo, lo que le provoca la grave lesión de rodilla. Cierto que no es una entrada salvaje y considero que no hay que cargar las tintas hacia E. Pérez pero estas cosas ocurren cuando sabes que juegas con un nivel de permisividad anormal.
El gol de Messi pienso que es muy interpretable y dudoso. Tanto puede dar gol como anularlo. Luis Suárez está en posición clara de fuera de juego y en la línea de visión del chut del argentino. El uruguayo salta para no tocar el balón y, está a una distancia lo suficientemente lejana del portero como para que el árbitro y/o su asistente consideren que no interfiere. Aunque ,si lo hubiese anulado, no me quejaría.
En la protesta, se llevó amarilla Diego Alves cuando , por dureza, solo tenía una Garay.
También le enseñó amarilla a Busquets por un agarrón ( poco antes del descanso, Mestalla le reclamó la segunda, que hubiese sido muy injusta) y le perdonó otra clarísima a Montoya por entrada al tobillo de Neymar en el medio campo.
Undiano salió tras el descanso con las pilas cargadas y le enseñó una amarilla a Digne por saltar sobre Munir y tocarle un poquito con la mano – con todo lo que habíamos visto- y entrada la segunda parte también amarilleó a Messi por una pequeña protesta al asistente.
Acertó totalmente en el penalti señalado así como en no señalar uno de Umtiti sobre Rodrigo en la primera parte por una carga, aunque todo el estadio se lo reclamó con vehemencia.