Buenas a todas. En los albores de la tempestad, vuelvo a vosotros.
El Barça ayer expresó de forma acumulada, de golpe y porrazo, e inesperadamente, todo lo que ha estado escondiendo bajo la alfombra desde principio de temporada. Caer en cuartos era algo que más o menos se podía ver venir. Caer así, dado el contexto, desde luego que no. De ahí la dimensión de la catástrofe.
Digámoslo ya, nuestra plantilla va justa de calidad y ritmo para estas eliminatorias de la Champions. Es el tercer año, no es casualidad. Nuestros mejores jugadores siguen siendo los mismos (Piqué, Busquets, Iniesta, Messi) pero con bastantes años más: sin el ímpetu del sub27 que te revela frente a todo y, todo sea dicho, más hasta los güevos que nadie.
Dembelé no ha jugado la UCL, a efectos prácticos, Coutinho no puede y Paulinho no debe. Resulta que se va a ir Iniesta y nuestros centrocampistas son Gomes, Paulinho, Denís, Rakitic y un S.Roberto que hace el parche del lateral. Tenemos un total de cero generadores de juego puro. Y detrás de ellos, los que más capacidad tienen son Busquets y Messi, pivote y cipote respectivamente.
El problema sigue estando ahí, otro año más. Con el agravante de que tras la marcha de Neymar y el paso de los años de Luis, nuestra plantilla no tiene jugadores que supongan una amenaza al espacio para el rival y, por tanto, ahora además, va a haber que invertir en delantera. Y será Griezmann, que es la megapolla, pero lo es más jugando al pie que al espacio.
La Roma pudo poner su defensa de 3 a 40m, cuya superioridad atrás hacía que la presión fuera algo inútil por nuestra parte. Ganaron todo por arriba porque, entre otras cosas además de sus buenos jugadores para ello, el que podía dar el pase lo hacía sin oposición alguna.
Falta de planificación -> falta de modelo -> falta de sistema aplicado al modelo (que puede ser uno o varios, ojo, vive Pep).
Another brick in La Fontana di Trevi.