Volvió Messi y no recayó de su lesión. Aquí terminan las buenas noticias para el Barça tras ser revolcado por el Betis en su campo
Volvió Messi y no recayó de su lesión. Aquí terminan las buenas noticias para el Barça tras ser revolcado por el Betis en su campo. El listado de malas noticias ya es tan acumulativo y repetitivo, que empiezan a formar parte del ADN de este Barça de Don Honesto Valverde. Sin embargo, es durante nuestros momentos más oscuros cuando debemos centrarnos en ver la luz.
La primera sombra de este Barcelona es que tras un gran partido contra un gran rival, llámese Real Madrid o Tottenham, llegan despropósitos como el de Leganés o Vallecas. Así que tras el gran partido en San Siro tocaba descalabro histórico. 20 años sin ganar llevaba el Betis en el Camp Nou y casi otros 20 el Barça sin encajar 4 goles en casa. Ya solo hay 4 equipos con más goles encajados que este Barça. Para ver el primer haz de luz, hay que recordar que el Barça de Van Gaal encajó los mismos goles a estas alturas de la temporada y acabó campeonando.
La siguiente sombra se cierne sobre las vacas sagradas que llevan un tiempo con más luces que sombras. Dedo acusador sobre Piqué, Busquets y Rakitic, con más partidos grises de los deseables en una temporada que apenas cumple un tercio. Se hacía difícil ver a Piqué como delantero centro en cada contraataque bético o a Busquets perdiendo balones como un alevín, aunque el partido desastroso cum laude fue para el croata, que acabó expulsado. Entre las tinieblas, asomó un pequeño haz de luz de con los minutos de Aleñá.
Cómo olvidar la sombra eterna de Don Honesto: su cambio entre Arturos ya parece una tomadura de pelo. Los árboles en forma de goles y peinados extravagantes no deben tapar el bosque por el que ya caminaba Paulinho. Ya dijo Martin Luther King que la oscuridad no puede expulsar a la oscuridad.
Y la peor sombra de todas es que cuando el Barça juega con tres centrocampistas, se juega a lo que quiere el rival. Tal vez parezca el peor partido de la temporada por el resultado, pero el juego no fue tan diferente de lo ya visto contra el Girona o el Athletic. Un Barcelona de nuevo confiado a lo que haga un renqueante Messi frente a un Betis mejor colocado, más solidario y que, simplemente, le quitó el balón. Una orden obsesiva: buscar la espalda de Sergi Roberto, gran centrocampista mas mediocre lateral, desnudado una y otra vez por el joven Junior Firpo. Y un segundo gol que fue el mejor resumen del partido, con 6 jugadores béticos llegando al área frente a los 5 culés. Que la guinda la pusiera un jugador de 37 años llamado Joaquín no opacó la luz más cegadora de todas: Don Enrique Setién presentó su candidatura a ocupar ese banquillo situado a tan solo unos metros hablando alto y claro: “Esto es el Camp Nou, la pelota la tengo yo, quitádmela si podéis”.