La enésima efeméride de Messi enmascara otro duro partido de masticar para el aficionado blaugrana (3-0)
Los 400 golpes es una película francesa de finales de los 50 que supuso el debut cinematográfico de François Truffaut y que está considerada como una de las películas icónicas de la Nouvelle Vague. El título se refiere a la expresión francesa faire les 400 coups, cuya traducción podría ser liarla de todos los colores, refiriéndose a todas las transgresiones del personaje principal, que lleva una vida sin respeto por los usos y costumbres establecidos. También juega con el significado estricto de la expresión, es decir, con la enorme cantidad de golpes que la vida le da al protagonista. Traducido en términos futbolísticos, la película de Messi en la Liga española se podría titular de igual manera: en sus 14 temporadas en la Liga ya las ha liado de todos los colores, sin ningún respeto por las costumbres de un campeonato donde lleva camino de batir absolutamente todos los récords habidos y por haber. Si, al igual que la película, jugamos también con el significado estricto de la expresión, esos son ya exactamente los golpes que ha propinado a sus rivales.
Pero desde luego, el partido en el que marcó su gol 400 en Liga no pasará a la historia como el mejor de Messi; que tocase apenas cuatro balones en todo el primer tiempo solo se puede entender desde un homenaje al Don Gerardo Daniel Martino por su reciente nombramiento como seleccionador de México. Teniendo en cuenta su mítica afirmación: “No nos interesaba que Messi tuviera mucha participación en el juego”, el Tata hubiera estado orgulloso de la primera parte del Barça de hoy donde fue especialmente llamativo observar lo mal que gestionó el equipo la presión adelantada del Eibar. Lo que en otros tiempos hubiera sido un suicidio para el rival, ahora se convierte en sinónimo de peligro ante un más que posible robo de balón. Y aunque era evidente que el Eibar no iba a aguantar 90 minutos con una presión tan alta y asfixiante, no lo era tanto pensar que el equipo local solo dispararía una vez entre los tres palos en toda la primera parte. Chutinho decidió responder a la confianza de Valverde con una gran demostración de clase que Luis Suárez resolvió poseído por el espíritu de Thierry Henry y sus remates con curva al segundo palo. Sobre el brasileño, simplemente añadir que tras esa jugada siguió en su línea cuasi-intrascendente. Lo intentó algo más y, sin duda, le puede ayudar jugar con el equipo titular, pero hay que exigirle muchísimo más.
La segunda parte duró hasta que Arbilla perdió un balón ante Luis Suárez, que inició un contraataque frenético para que, tras apoyarse en Chutinho, D10S hiciese un leve amago antes de sentenciar el partido con un tiro cruzado el partido. Poco después, Luis Suárez siguió afinando su puntería de cara a la vuelta de la Copa, aprovechando un rápido saque de banda de Sergi Roberto, que además sirvió para hacer inservible la última media hora de partido. La enésima efeméride de D10S enmascara otro partido duro de masticar para el aficionado blaugrana. Se puede defender a Don Honesto desde el resultadismo (en Liga y Copa) y la pegada, pero el nivel de juego sigue en una línea que bordea cada vez más la mediocridad.