Hemos pasado de un juego coral de todo el equipo, a depender única y exclusivamente de un jugador. Messi es el ying y yang de este equipo, es su respiración asistida, su airbag en caso de accidente. Aunque éste sea el mejor de la historia, un equipo -como su nombre indica- debe ser algo más. Messi debe ser la guinda del pastel, no el pastel. Porque y aunque no lo parezca, Messi es humano como nosotros, y el día que por cualquier razón no se encuentre bien, esté medio lesionado o, simplemente no le salgan las cosas, el equipo se cae como un castillo de naipes, siendo el resto de jugadores incapaz de ofrecer una solución a un partido que se complica. La pérdida de identidad de este equipo ya es más que evidente: el estilo (sic) actual pasa por un intercambio de golpes con el contrario, sea el equipo que sea, y claro, en ese habitat hasta el equipo más random te crea ocasiones y hasta te puede ganar el partido.
Tenemos un entrenador -por decirlo de alguna manera- que prioriza el físico por encima del talento, que se equivoca el 99% en sus alineaciones iniciales, y que plantea el partido esperando que algún crack de arriba se lo apañe. Luego ocurre lo que ocurre: que Suárez no está en su mejor momento, que Messi a lo mejor no le sale bien el día y que Dembelé…ah, no, que Dembelé está en el banquillo.
Me gustaría saber, ya que sois tan amantes de las estadísticas, cuántos partidos hemos empezado perdiendo esta temporada…