La marcha de Messi nos supondrá un pérdida tan bestia no sólo en calidad, sino también en atractividad tanto para patrocinadores como para jugadores buenos que de la noche a la mañana nos convertimos en un Atleti con sobrepeso (también en la “masa” salarial, guiño, codo).
Por tanto, ese precio sólo vale pagarlo si se echa a la calle a la juntuza que nos ha arruinado y llevado a ese punto, y a posterior se levantan TODAS las alfombras, para exigirles todas las responsabilidades civiles Y PENALES a Bartu y sus mariachis, para que durante la reconstrucción cruyffista, al neunuñismo gogotil le sea lo más difícil posible construir una oposición que no sea salpicada.
Si Messi al final será traspasado con un acuerdo, y dejando pasta en la caja y encima le salva las cuentas a Bartu, se habrá convertido en cómplice de Bartu, éste arruinándole sus mejores años con proyectos que sólo servían para el clinc-clinc de la junta, y Messi le dice: me voy, allí tienes el dinero que necesitabas porque en vez de construirme un equipo te dedicabas a saquear las arcas del club.
No. O Messi al menos hunde a Bartu si se va, o yo me bajo.