No siendo tan severo como la mayoría en los méritos del Orondo (insisto en que si en vez de él, hubiese estado, por ejemplo y sin ir más lejos, Valverde, Pedri estaría ahora mismo en un Granada de la vida y ni Gavi ni Nico habrían ni olido aún el primer equipo), el nulo cariño que muestra por un club del que fue jugador durante ocho años y del que es, a nivel deportivo, una de las figuras más importantes de su historia, me parece deleznable.
El “Laporta me echó porque no me había fichado él”, es el colmo del ombliguismo y del vivir en una realidad paralela. A Saras tampoco le fichó Laporta, y bien que sigue (y seguro que el propio Lapo espera que por muchos años)….
Lo peor es que esto, como ya han dicho muchos de ustedes, ya se veía venir desde antes de acabar la pasada temporada, y desde el club se fue incapaz de cortar de raíz la situación. Por muy grave que fuese la situación económica, nada, NADA podía justificar la continuidad de un tipo cuya toxicidad era ya más que evidente, y menos en un puesto de tantísimo calado. Insisto en que lo único que se me ocurre para ello no tiene que ver con lo económico, sino con el hecho de que no se encontró un recambio de unas mínimas garantías, en verano.
En fin, intentemos quedarnos con el Koeman vestido de naranja y pateando en Wembley, y olvidarnos de todo lo demás. Creo que es un caso de esos en que, pese a todo, la leyenda debe estar por encima del personaje.