Para mí Piqué sigue siendo, probablemente, el mejor central que tenemos en plantilla; lo cual, dicho sea de paso, dice muy poquito del nivel actual de esta, pero eso es otro cantar.
El tema es que lleva TANTO tiempo desconectado del Barça que ya no sólo es que afecte a su rendimiento deportivo (el año pasado, sin ir más lejos, su vuelta coincidió con que el equipo, en racha, se ‘alargase’ para que él no tuviera que defender su espalda, perdiendo el 3-5-2 que tanto rédito nos estaba dando todo su sentido y efectividad), sino que resulta una influencia nefasta para aquellos a los que debería servir de ejemplo.
Porque vale, por mucho que un tipo que esté en la superélite de su disciplina y cobre una barbaridad (en el caso de Piquésident, durante bastante tiempo, muy por encima de mercado además) por ello, no se le puede exigir que dedique el 100% de sus esfuerzos a dicha disciplina. Es inhumano el no ‘desconectar’ con aficiones, y es muy legítimo también que profesionales con una carrera tan corta como los futbolistas quieran buscar otras vías de ingreso. La mayoría lo hace y nadie se lo reprocha.
El tema con Piqué es diferente en el momento en que, desde ya ni se sabe cuánto, la sensación de que su prioridad es cualquier cosa menos el Barça es tan flagrante. Da igual que sea el poker, la Davis, el twitch de los huevos, el mundial de globos o tantas otras cosas. Que él mismo admita que un tipo de la rectitud de Pep le quiso meter en vereda hace la friolera de NUEVE AÑOS, y que a día de hoy, innumerables episodios extradeportivos y más innumerables todavía ridículos futbolísticos después, no sólo siga en plantilla, sino que su influencia y esa sensación de hacer lo que le sale del nardo haya aumentado, es completamente desolador.
Pulután, ya podría ser Beckenbauer reencarnado (que insisto, por mucho que sea nuestro mejor central, esto tampoco lo es), que da lo mismo: no podemos plantearnos construir nada con gente que ha contribuido tantísimo a la destrucción de aquello que fuimos. Se ha intentado ya tantas veces y con gente tan distinta, y se ha fracasado siempre, que esto a mí ya me parece un hecho. Si aquellos que mandan quieren seguir insistiendo, con este y con unos cuantos más, pues nada… habrá que agarrarse los machos.