La decepción que me he llevado con el City en sus dos eliminatorias contra los equipos de Madrid ha sido tremenda. No diré que los mancunianos no tengan una propuesta valiente casi siempre, pero me han dado la impresión de ser un equipo frágil mental y futbolísticamente hablando… y sobre todo, y lo que más me decepciona en un equipo de Pep, es que carece de un estilo reconocible. Es como si le faltase ‘alma’, por así decirlo.
No negaré la más que probada grandeza de Guardiola como técnico, y ahí siguen estando sus éxitos en las ligas nacionales para corroborarlo. Sin embargo, creo que en su trayectoria tras su salida del Barça hay también cierto paralelismo con la que ha sufrido el propio equipo blaugrana. Han ido manteniendo los resultados, pero han ido yendo a menos en cuanto a magia, mística, grandeza… o como cada cuál quiera llamarlo. Pretendo utilizar un lenguaje muy comedido porque no quiero que suene a crítica, porque no lo es… Guardiola sigue siendo un top mundial y una de las personas que más admiro en el mundo del fútbol; pero creo que mi tesis se entiende.
En cualquier caso, lo que me parece una evidencia es que tanto el Barça como Pep salieron perdiendo cuando sus caminos se separaron. Este tío debería haberse tirado aquí 15 años entrenando, haciendo y deshaciendo a su voluntad, y todos, incluyendo él, habríamos sido mucho más felices durante mucho más tiempo. Una pena que tengamos el entorno que tenemos, y que este nos colase a un tipejo como Sandrusku…