Nunca fui de los que se echaban las manos a la cabeza por la situación de Riqui Puig con Koeman. Llevaba siguiendo al chaval desde que era un ñajo en inferiores, y es de esos a los que resultaba mucho más fácil verle las limitaciones que las virtudes; y sopesando las unas y las otras, se me hacía bastante difícil pensar que este chico fuera a hacer carrera en el Barça. Simplemente, el nivel no le daba para ello.
Sin embargo, esa hipotética marcha a la MLS de la que cada vez se habla con más fuerza, me parece un hostión de realidad demasiado duro, tanto para los riquilovers como para el propio chico. Si bien, como ya digo, no creo que el nivel le dé ni de lejos para la superélite, sí que confiaba en al menos verle en un equipo del segundo escalón, en un entorno controlado (equipos que busquen el juego de posesión, tipo Real Sociedad o Betis), con minutos de calidad, para comprobar si podía convertirse en manija o al menos, actuar como especialista en según qué contextos. De eso a acabar con 22 años en una liga de jubilados me parece que va un trecho.
No sé si Puig no habrá recibido ofertas lo suficientemente atractivas en lo deportivo, o si va a ser verdad eso de que al chaval, esto del fútbol tampoco es que le entusiasme, y prefiere irse a pegarse el vidón a L.A. mientras pone el cazo. En todo caso, me parecería un final demasiado triste para un chico que debería aspirar a muchísimo más. O al menos, a intentarlo.