Los primeros 15 minutos no presagiaban nada bueno en clave blaugrana. Xavi podría haber quitado en ese tiempo a sus tres centrocampistas, sacar otro defensa y a dos delanteros y la cosa no habría cambiado demasiado. El centro del campo parecía poco más que un adorno al punto de que Gavi aún no había tocado el balón cuando el Sevilla ya había tenido 3 claras oportunidades. Pero los de Lopetegui, como toda la temporada pasada, necesitan más de 10 para marcar. Y eso se paga.
Porque los equipos que luchan por los títulos suelen empezar a construirse con dos palabras: untioquepare y untioquemetagoles. Que se lo digan al Real Madrid. El Sevilla solo tiene lo primero. Pero este nuevo Barça tiene ambas cosas. Así que de las manos salvadoras del renacido Ter Stegen que mantuvieron a su equipo se pasó en un abrir y cerrar de ojos a un robo de Gavi que propició una contra de libro. La condujo DembeLOL y la mereció culminar Lewangolski. Lo impidió Fernando sobre la línea pero ahí estaba Raphinha para inaugurar su cuenta como goleador azulgrana. Otro que deja atrás a la leyenda Dugarry en la lista de goleadores de la historia culé. El brasileño aún debe escuchar a Bielsa en su cabeza hablándole de la ética del trabajo. Grande Loco.
No se había recuperado el Sevilla del mazazo del gol en contra cuando Lewangolski confirmó lo que hasta el Chapolin Colorado sospechó desde un principio: los goleadores de verdad no necesitan tiempo de adaptación. No lo necesitó Romario, ni Ronaldo El Bueno, ni Eto’o, ni Luis Suarez… y por supuesto no lo necesita Robert. El gol llama a su puerta. El polaco encontró el espacio justo para aprovechar el gran centro de Koundé y dar una clase teorico-practica de control y remate.
El neo-tridente pudo celebrar su primera gran noche si DembeLOL no se hubiera enceguecido en busca de su gol. Con 25 años aún no acaba de entender lo fácil que es el fútbol: si estás cerca del área,pásasela a Lewa. Imposible no acordarse del cuarto gol que no le marcó al Liverpool. Y de toda su familia. Por añadidura.
Llegados a este punto y con el Sevilla en la lona, emergió la figura de Gavi, cuyos atributos apuntan a ser del tamaño de una sandía. El chaval va camino de ser un jugador total y comandó el centro del campo azulgrana que empezó a tejer juego con el balón antes de que el Sevilla soñase con meterse en el partido. Hasta el balón parado le funcionaba hoy a los de Xavi: que fueran dos defensas, Koundé y Eric García, los protagonistas del tercer gol dice mucho –y bueno- del trabajo que hay detrás.
Partido sentenciado y minutos para rotar y mostrar la profundidad de la plantilla. Casi nada positivo aportó Ferrán y poco más Ansu Fati quien,salvo los minutos de San Sebastián, muestra síntomas preocupantes.Los brotes menos verdes de un equipo, aún en construcción pero que, por primera vez en muchos años se muestra contundente en las dos áreas.