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Crónica

Buenas noticias

En el probablemente más incómodo, insípido e intrascendente partido de la historia del Barça en la Champions, se acumularon sorpresivamente las buenas noticias. Una detrás de otra. Incluso antes de empezar. Porque sin apenas haber comenzado la competición, los de Xavi ya se habían quitado del medio a uno de los posibles cocos de la Europa League. El Atlético, más patético que nunca, no será el próximo verdugo azulgrana. Al menos, no esta temporada.

Continuaron después en el inicio del partido, viendo por fin al deseado Pablo Torre de titular. Lástima para el chaval que, pese a que en la megafonía sonasen los arreglos de Tony Brittensobre el Zadok the Priest de Georg Friedrich Händel, no debió notar mucho el cambio respecto a la temporada pasada: el nivel del Viktoria Plzen no pasa de ser un 2ªB europeo. 24 goles en contra de los checos en 6 partidos.

Una marca para la historia. Y es que ayudaron, y mucho, los centroeuropeos a que se rompiese la racha culé de casi 290 minutos sin marcar fuera de casa en Champions. Tantas facilidades dieron que abrió el marcador quien menos se esperaba, Marcos, aprovechando un mal rechace del portero a tiro en semifallo de Ansu. Hasta Yerrán pudo recibir con inusitada tranquilidad en la posición de 9, tomarse unas bravas, darse la vuelta, levantar la cabeza y marcar casi a puerta vacía. Algún iluso pensaba la semana pasada que estos tipos podrían hacer hecho pinchar al Inter… Todo sea porque el voluntarioso valenciano recobre algo de confianza de cara al gol. Porque le puso toda la voluntad del mundo durante un partido que no daba para más. Todo lo contrario que Ansu, a quien algún despistado pudo haber confundido hoy perfectamente con el primo lejano de Babangida. Sigue en caída libre.

Con 0 a 2, tiempo para meditar sobre algunos fenómenos extraños. Primero, ¿los desplazamientos en largo de Piqué son exactamente igual de lentos que su zancada?Se debe analizar. Una pregunta para los negacionistas del cambio climático: ¿se puede considerar este partido como la prueba de que existe el calentamiento? Porque si no es así, ¿qué hacía el Barça jugando el Gamper en noviembre? Más cuestiones importantes. Con este tipo de partidos, ¿el aficionado culé puede empatizar con el Bayern? Porque ahora ya sabe lo que sienten los bávaros últimamente cada vez que juegan contra el Barça. Y última, pero no menos importante: ¿Ronaldinho tuvo rivales más difíciles que este Viktoria Plzen? La pregunta se refiere, obviamente, a cuando el brasileño estuvo en la cárcel en Paraguay.

Volviendo al partido, éste se animó el partido con el gol checo de penalti. Y la megafonía ayudó a animar el cotarro haciendo sonar el “Zombie Nation”. Aunque,bien pensado,a la defensa barcelonista le hubiera pegado más una de verbena. Suerte para el Barça que ya estaba clasificado a falta de una jornada porque atacaba tanto el Plzen que se juntaban las repeticiones con el directo. Se temía seriamente por los 3 puntos –y los 2,8 millones de euros- hasta que Yerrán devolvió la tranquilidad con el tercero. Por poco tiempo. Ni 10 minutos tardaron los checos en volver a marcar. Dos goles en 60 minutos para el Chory, los mismos que habían marcado en los 5 partidos anteriores. Las cosas que tiene poner a Piqué de titular. Antes de que las arcas del Barça temblasen –más aún- Pablo Torre arregló su discreto partido con un golazo. Lástima para él que aún no tiene trabajado el concepto de “tirar a romper”, porque disparó con tantas ganas, que lo que rompió fue alguna fibra muscular que lo devolvió al banquillo. Acompaño en él a Kessie que había caído unos minutos antes. Dos lesionados en un partido intrascendente. La maldición salta de la defensa a la línea medular.

Sin embargo, el pitido final dejo un dato alegre para terminar. Y no son los dinerus. Es algo mucho mejor: Piqué se despide de la Champions –esperemos que para siempre– con una victoria.