Ver comenzar el partido del Barça con Ter Stegen como capitán ya era una buena noticia en clave blaugrana aun sin haber comenzado el partido: no había ninguna vaca sagrada en el once inicial. Definitivamente soplan vientos de cambio.
Acostumbrados en el último lustro a ser arrollados de inicio, tampoco se recordaba una salida imponente del Barça ante un rival de postín a domicilio: ni dos minutos tardó Lewandoski en plantarse cara a cara frente a Reina. Algo debió quedar pendiente entre ambos de aquella etapa que compartieron en el Bayern porque el polaco claramente tiró a dar a Pepe. Explicación factible porque no es normal que un delantero de su nivel falle una ocasión tan clara. O al menos no lo era antes del parón del Mundial. Ya sea mala racha o bajo estado de forma puntual, lo cierto es que hay algo de run-run con Robert, ante el riesgo de viejazo. Pero como la clase nunca se pierde, a Lewa le dio tiempo a compensar su error con una exquisita pared en la frontal del área con Pedri. Exhibición de temple y siete goles ya en liga para el de Tegueste.
Y ya no solo es que el equipo comience los partidos a tope desde hace tiempo sino que, ahora hasta es capaz de mantener el ritmo.Entre el cambio táctico y el efecto psicológico de la victoria en la Supercopa, el equipo ha hecho “click“: vuelve a ser competitivo y, a ratos, ofrece buen fútbol.Uno de los mayores beneficiados de este nuevo sistema es claramente De Jong, decidido a callar bocas a la velocidad de la luz en los últimos encuentros. Calidad nunca le ha faltado al holandés y, si consigue quitarse el looserismo acumulado con Don Honesto, Q-Man y el Pasiego, puede haber jugador para rato.
También es cierto que se juega mucho más cómodo con la tranquilidad que da tener una defensa fiable detrás de ti. Una defensa que también permite al equipo aprender a sufrir. Porque el Villarreal no se conformó con la derrota: recuperó el control del partido al final de la primera parte y ya no lo soltó. Pero fue un sufrimiento relativo, en gran medida por la estrechez del marcador. Porque los locales apenas pusieron a prueba la segunda juventud de Ter Stegen. Ya son 16 porterías a 0 en 21 partidos. La de hoy, en gran medida gracias al descomunal partido de Araujo y Christensen. Solo peligro el resultado en una mala cesión de Pedri que, como el día del Getafe, pareció confiarse tras su buen gol. El canario puede y debe mejorar esos despistes pero nunca viene mal recordar que acaba de cumplir 20 años.
Con un partido más, son ya 11 los puntos de ventaja respecto al segundo clasificado. Y con victorias recientes ante la clase alta de la liga: Real Madrid, Atlético, Real Sociedad, Betis y Villarreal. Llega de manera inminente la eliminatoria contra el Manchester United, ahora mismo un equipo puntero en la Premier. Una buena ocasión para dimensionar la realidad de este nuevo Barça.