Saltaba la Flickswageneta al Estadio de La Cerámica prácticamente en cuadro entre lesionados y rotaciones. Rotaciones en defensa –descansó Cubarsí– que penalizaban bastante al equipo que sobrevivía en los primeros minutos, ante un Villarreal en tromba: gol anulado a Yeremi por fuera de juego y gran intervención de TerStatuen.
Pero no se amedrentraron los de Flick que reaccionaron nuevamente de la mano de Lamine El Chaval: disparo al palo del canterano para avisar a los locales de que no todo iba a ser y cantar. Algo que quedó meridianamente claro cuando Pablo Torre, debutante hoy como titular, mostró la calidad que se le supone: asistencia primorosa a Lewandowski –el gol llama a su puerta– para que el polaco adelantase a su equipo.
Y nuevamente, el sello de identidad de Flick volvió a quedar patente. Cero especulaciones. Presión. Líneas adelantadas. Y a por el segundo gol. Que llegó sin demora cuando Lamine encontró a Eric García subiendo con fe al segundo palo y sirvió con la cabeza a Robert quien, con una maniobra de killer del área, puso el dos a cero en una pseudochurrichilena. 6 goles en 6 jornadas. Ni tan mal para alguien con achaques de viejazo.
Pero el partido estaba siendo eléctrico por ambos lados y tampoco el Villarreal se iba a dar por vencido. Un desajuste en defensa lanzo un contraataque amarillo para que Ayoze recortase distancias apenas un par de minutos más tarde.
Al filo del descanso, y mientras los de Marcelino achuchaban en busca del empate, Ter Statuen reclamaba su cuota de protagonismo para convertirse, para bien y para mal, en el hombre del partido. Primero, salvando con una gran intervención en el mano a mano, el empate. Y segundo (Francia), rompiéndose la rodilla al caer desequilibrado en un salto. Segundo jugador fuera para toda la temporada en apenas seis jornadas. Momento de tribunear sobre la incompetencia y negligencia de la dirección deportiva teniendo un segundo portero no competitivo.
Y así saltó el equipo con 45 minutos por delante e Iñaki da Pena en la portería. Minutos de zozobra con varios ataques locales para comprobar la inseguridad del canterano guardameta. Pero los de Xansi parecen tocados por la varita mágica en este inicio de temporada. Movieron los azulgrana con facilidad por el centro hasta que Pablo Torre recibió en la frontal y el disparo del cántabro encontró la red tras tocar en Logan Costa.
Acusó este tercer golpe el Villarreal y pudo sentenciar el Barça: dos intentos de Koundé y Raphinha fueron el preludio de un clamoroso penalty sobre Lamine que el árbitro, al no haber ningún jugador de blanco afectado, necesitó confirmar recurriendo al VAR. Lewandowski buscó el hat-trick con ese esperpéntico estilo desde los once metros que esta vez no funcionó: al palo. En su descargo, y pese a lo anti-estético de sus lanzamientos, hay que recordar que tiene un 89% de eficacia desde el punto de penal.
Y de poder sentenciar el encuentro, se pasó, en apenas un minuto, al momentáneo 2-3: Thierno Barny conectaba un testarazo que Iñaki da Pena solo pudo mirar cómo se colaba en su portería. Por suerte el VAR, confirmó que el remate fue en fuera de juego. Metió una marcha más “el submarino” pese a la desventaja pero descuidó su defensa. Y ahí apareció Raphinha. El que nunca descansa ni se cansa. No estaba haciendo su mejor partido el brasileño, ni mucho menos, pero su entrega continua le llevó a encontrar un balón servido por Pau Victor para que su disparo en semifallo también encontrase el gol tras tocar en un defensa.
Y nuevamente Raphinha remató en semifallo un excepcional centro en carrera con el exterior de Lamine El Chaval. Demostración de genialidad y manita que no parecieron gustar demasiado entre las filas amarillas: con el partido perdido, endurecieron el juego con entradas duras y a destiempo. No llegó la temida lesión de Lamine, pero a fe que lo intentaron. Con dos nuevos chavales en la defensa. Con Eric García de pivote. Sin centro del campo. Contra un rival, cuarto en la tabla, sin bajas y descansado. Pleno de puntos. Plenos de ilusión.