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Crónica

¡Getafe a segunda, YA!

Con el debate aún instalado sobre si se debía fichar o no a un portero y, en caso afirmativo, si Cescni debía ser el elegido, resultó que había partido entre semana. Y contra el Getafe de Borderlás, El único equipo de la historia del deporte al que no se le recuerda un partido agradable de ver. Y la Flickswageneta chocó contra el adalid del anti fútbol. Ya desde el principio se percibía que el equipo no iba a estar fino como en anteriores partidos. Se jugaba a lo que quería el Getafe. Es decir, a no jugar. Un equipo que siempre crea afición… a ver otros deportes.

Pero el Barça parece estar con la flechita para arriba y todo le sale bien. Decir que marcó en su primera ocasión rozaría la mentira porque ni ocasión clara era. Internada por la banda de Koundé y su centro es atrapado por Soria… momentáneamente. Se le escapó de las manos el esférico y Robert, que andaba por allí llamando a la puerta de gol, remachó a puerta vacía. Pese al viejazo, puede jugar de cazagoles hasta que él quiera.

Ni se inmutaron los del Mourinho de Hacendado, que firmaban ese 1-0 hasta el 80′. Pese al marcador favorable, el equipo no encontraba la tecla del ataque. Se notaba la ausencia de Pedri en la creación y que Lamine se veía maniatado y maltratado por Alderete. El paraguayo demostró poder ser un digno sucesor de los Juanma López, Goyo Benito y Goikoetxea. Pura estirpe de carniceros.

 

Terminada la primera parte con 12 faltas del Getafe y 0 tarjetas amarillas, había que tirar de practicidad en la segunda. Ni el rival, ni el árbitro, ni el calendario invitaban a más. Tampoco la plantilla, que volvió a demostrar que es muy corta: hacer coincidir en un terreno de juego a Eric García y a Yerrán Torres es jugar con fuego. Gracies Pek por tu pseudo barcelonismo.

 

Un par de ocasiones culés, con Eric demostrando su incapacidad futbolística –da igual cuando se lea esto– fueron el preludio del show de Soria marcándose un De Jong en la final del Mundial 2010. El madrileño decidió preguntarle a Lewandowski cuantos tacos tenía su bota y ante el silencio del polaco, optó por clavárselos en el pecho, para que los contara en casa con tranquilidad. Ni el árbitro ni el VAR encontraron nada punible. Y cuando, de propina, Arambarri seguía en el terreno de juego tras sacar doscientos boletos para estar en la cárcel, ya estaba meridianamente claro que no había más objetivo que llevarse los tres puntos y guardar este partido en el pozo del olvido.

 

Se fueron dejando pasar los minutos sin encontrar el dos a cero con el Getafe confiado en que antes o después tendría su ocasión.  Porque este maravilloso y a la vez asqueroso deporte da oportunidades a todo el mundo. Incluso a los que menos lo merecen. Baste recordar que Dugarry fue campeón del mundo. Y en pleno descuento, Borja Mayoral –hubiera sido muy cruel que encima marcase un ex madridista– se encontró con un balón en el área y, poseído por el espíritu del eterno Christophe, no acertó a rematar. Al menos, el Dios del fútbol se puso esta vez de parte de los buenos. Aclaración: los buenos no son “el Barça” sino cualquiera que juegue contra el Getafe. Se dará por buena la temporada si el año que viene, ya en el Nou Camp Nou, este equipo no viene de visitante. ¡Getafe a Segunda, ya!