Volvieron los chicos de Flick a las andadas, es decir, a jugar bien y a ganar. Y eso que se empeña el alemán en darle oportunidades al Frigurón. Cierto es que este partido no sirvió para darle o quitarle razones al técnico: una nueva lesión muscular en el equipo mandó al delantero a los vestuarios a los pocos minutos de partido. Kein Problem. “Hombre por hombre” debió pensar Xansi. Y para mantener el nivel del equipo, metió a Eric…
Pero el equipo siguió a lo suyo. Ya había avisado con una salida fulminante a la contra de Lamine y Raphinha que no terminó en gol por ligero fuera de juego del Chaval. Pero la lata no tardaría mucho más en abrirse. Y fue a balón parado: falta lateral que pone a la olla Raphinha donde Robert –el gol llama a su puerta– se adelanta a su par y marca a placer.
Ni quince minutos tardó el polaco en hacer doblete de goles y el brasileño de asistencias. Fallido control de un futbolista babazorro y Raphinha saca la moto para tirarse un autopase y servir en bandeja el gol a Lewandowski. “Este no es mi Nadinha que me lo han cambiao”. Juega a calzón quitado. Más que Raphinha es Rapinga.
El Barça se mostraba letal con espacios. Sacabaa relucir la verticalidad de sus jugadores y tuvo cerca el tercero apenas unos minutos después, chocando con una doble parada de Sivera. Nada pudo hacer el guardameta local cuando Casadó filtró un gran pase a la frontal para que Eric García asistiese al rejuvenecido Lewandowski. Ni Benjamin Button se recuperó así de su viejazo.
El final de la primera parte vio un gol anulado al Alavés. Pero que desnudó a Iñaki Siguedando Pena a quien cualquier día se le caerá el larguero encima. Suerte para él del fuera de juego semiautomático y de VAR. Puede estar tranquilo Chechy, que va a jugarlo todo.
Con aparentemente todo el pescado vendido, no se esperaba gran cosa de la segunda parte. Los locales lo intentaron todo para meterse de nuevo en el partido y les habría bastado con hacer algún disparo entre los tres palos –uno fue al poste– , pues ese es el verdadero punto débil de Iñaki. Pero los hados de la fortuna estuvieron del lado azulgrana.
Faltos de puntería, los vitorianos vieron pasar los minutos. Minutos en los que Ansu volvió a intentar sentirse futbolista –sin éxito– y Balde a recordar a Agustín, ese que juega la partida al tute y a quien su compañero Manolo, día sí y día también le dice: “Cada día juegas peor y hoy estás jugando como pasado mañana”. Si ni Flick le ha hecho volver a ser aquel jugador que tanto prometía, tal vez habrá que pensar en alternativas para el lateral izquierdo.
Líderes en solitario al parón. Con una muy buena primera parte. Con una inteligente gestión en la segunda ante el gran esfuerzo inútil de los locales. Y hasta ayudados por la buena potra de Iñaki De Pena en el que, se espera, haya sido su último partido como titular.