Afrontaba el Barça el partido de ida de los octavos de final en Lisboa. Y en la memoria, aún fresco, el partido de la primera fase en ese mismo lugar. Aquel partido estrambótico, con Sczbsjnsny de protagonista negativo, con Rabinha como salvador, con el equipo dando una lección de pundonor y con el Benfica poniendo las cosas muy difíciles. Y todo eso volvió a suceder con una gran e importante excepción: el portero polaco que, esta vez, dio un giro de 180º a su anterior actuación. Acaso inspirado por el humo de las bengalas de la grada, firmó su mejor partido desde que viste de azulgrana.
Porque comenzó su gran partido con una magnífica intervención a los 20 segundos. Un aviso, también, de que el Benfica salía a por todas. Pero, igual que en el partido de la primera fase, no se achantó el Barça por ese primer susto. Y respondió con un misil de Olmo salió fuera por poco. Y después, comenzó a dominar el juego, a mover el balón con criterio y a llegar con peligro. Una triple parada del guardameta ucraniano del Benfica, tras el centro-chut de Rabinha, el remache de Viejowski y el último remate forzado de Lamine, confirmaban la sospecha de que el Barça era más y mejor que el Benfica.
Parecía tener el partido controlado el once de Flick. Pero justo cuando ese aroma de superiodad azulgrana invadía el estadio, una jugada aislada estuvo a punto de echar todo por la borda. Pavlidis volvió a ponerse el disfraz de Aspas –solo hace partidos buenos contra el Barça– y desnudó a la defensa azulgrana. Su arranque fue frenado en falta por Cubarsí en una acción, tan arriesgada, que solo podía salir muy bien o muy mal. Y salió mal. Roja directa y el equipo con un hombre menos con 70 minutos por delante.
Estaban frescos en la memoria precedentes similares. El del PSG la temporada anterior o del Mónaco esta misma. ¿No sería mejor conceder un gol que jugar casi todo el partido con 10? Esos partidos terminaron con derrota pero, de nuevo y no es la primera vez esta temporada, los de Flick sacaron su mejor cara cuando más difícil se ponían las cosas. Cierto es que el Benfica pasó a dominar el partido pero la sensación era de que lo hacía más por obligación de su superioridad numérica que por devoción.
Llegaban los lisboetas con frecuencia, sí. Y soltaban algunos disparos, también. Todos sin demasiado peligro y todos solventados con aplomo por Sczbsjnsny. Mientras el Barça, poco a poco, al ver que el Benfica no se creía su nuevo papel de favorito, comenzaba a asomarse nuevamente en ataque. Lo hacía de la mano Pedri, un auténtico escándalo de jugador -si no es el mejor centrocampista del mundo en este momento, poco le falta- y con Fraude Jong como escudero, firmando su mejor partido en muchísimo tiempo. Otra muesca en el haber de Hansi.
Comenzaba a flotar la sensación de que el Barça tendría su momento. Que antes o después llegaría el zarpazo. Aunque antes no llegó el gol del Benfica en un remate a bocajarro del viejoven Akturkoglu porque de nuevo Sczbsjnsny se mostraba firme. Y lo siguió haciendo el polaco en la segunda parte frenando el incisivo arranque local tras la reanudación. Minutos de pánico en los que más de un culé pensaba que el partido se le iba a hacer muy largo al Barça.
Pero fue un espejismo de diez minutos. Flick sorprendió quitando a Lamine –el Chaval no tenía su día– y con la inquietante entrada de Fallón Torres. Pero le salió bien el cambio al alemán. Apenas cinco minutos después, Rabinha volvía a dejar su sello en Da Luz: aprovechó un error de Antonio Silva para, desde la frontal, sacarse un disparo cruzado con el que superaba a Turbin. El brasileño lleva meses con la percepción de la realidad alterada. Se ha convertido en Neo: domina el mundo como quiere. Al punto de que cabe preguntarse: ¿veremos a otro brasileño del Barça Balón de Oro? Con este Rabinha, nunca digas nunca.
Había superado el Barça su peor momento del partido. Y lo hacía a base de fútbol y mostrando la contundencia en ataque que no tenía el Benfica. El partido entró en la “zona Pedri” en la que el canario comenzó a dosificar el fútbol de los suyos, siempre moviendo con acierto el balón. Y tras él, el resto del equipo construyendo un muro con un derroche de solidaridad. El Benfica seguía incómodo. Siguieron los disparos de media distancia, sin mucho peligro. Y siguió la sobriedad de Sczbsjnsny.
Renovó fuerzas Flick con las entradas de Casadó y Martín. Y el equipo siguió haciendo gala de su esfuerzo colectivo. El arreón final del Benfica no le valió para más que chocarse contra la impotencia de verse en superioridad numérica pero no aprovecharla. Un último disparo de Renato Sanches sirvió para que Sczbsjnsny pusiese la guinda a su gran partido. El que le confirma como el portero titular del Barça, al menos, de aquí a final de temporada. Chechenio I de Lisboa se lo ha ganado.
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Partido correspondiente a la ida de las semifinales de la Copa de la Reina 2024/2025
Fecha: Jueves, 6 de marzo de 2025
Hora: 19:00h
Televisado: TV3 y Teledeporte