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Crónica

Gatillazo

Con la posibilidad de dar un golpe definitivo a la liga. Así saltó el Barça flickeano a Montjuic tras el inesperado tropiezo Mierder. Con Fallon de titular -se lo había ganado el Tiburao- por un disperso Rabinha desde su entrevista con Romario. Y frente a un Betis, con recientes goleadas ante los azulgrana.
Y con Gavi en el centro del campo. Con sus habituales ganas y empuje. Tantas le puso el canterano que no tardó ni 7 minutos en adelantar a su equipo: Lamine combina con Fallon y éste de primera filtra un gran asistencia que Gavi cruza al palo largo. Más líder.
Parecía que sería un partido fácil. Llegaban las cuentas de la lechera: que cuando se podía campeonar, que quien debía descansar de cara a la Xempions… Y el equipo pareció contagiarse de ese tribunerismo. Tanto, que bajo el ritmo y, si algo ha demostrado este equipo, es que si no juega al 100% no puede con los rivales. Parecían haberse olvidado los tropiezos ante Leganés y Las Palmas y este Betis, sobre todo el de la segunda vuelta, es mucho más equipo que aquellos.
Y es que los verdiblancos no perdieron la compostura en ningún momento. Primero, aprovecharon un córner donde Araujo perdió de manera juvenil su duelo con Natán y Scnmckjlmny pudo hacer algo más. Para acto seguido maniatar al centro del campo azulgrana. Fraude y Pedri estaban lentos, espesos y las ganas de Gavi no eran un valor gol.
A eso se le sumaba que el ataque no tenía su día. Robert luciendo su traje de Viejowski, Fallon confirmando lo mal que le sienta la titularidad y Lamine en modo Neymierda: tomando todas sus decisiones de manera errónea. No se le puede negar al Chaval que lo intentó todo y todo el partido, pero le salió entre poco y nada.
El Barça dominaba y llegaba al área. La sensación de peligro estaba, pero las ocasiones no eran tan claras como el dominio. Y si llegaban, ahí estaban Adrián o un pundonoroso Bartra que cumplió la ley del Ex, completando un gran partido en defensa.
Los cambios de la segunda parte no sirvieron de mucho. Las entradas, primero de Eric y Rabinha, y de Gerard y Fermín despuéssolo sirvieron para enfatizar un ejercicio de impotencia. Cuánto más avanzaba el cronómetro, más imprecisiones llegaban. Balones al área, regates en la frontal, sensación de peligro… pero el gol no llegó y los dos puntos se esfumaron en dirección a Sevilla. Nadie dijo que los títulos serían fáciles: hay que seguir trafajando en ellou…