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El Barça se pone serio

Tras dos sonoros trompazos del fabuloso equipo de Guardiola en el Manzanares, a la tercera fue la sufrida. Se empezó a sufrir pronto por la dificultad para conservar la ventaja tras el majestuoso gol de Messi, se siguió sufriendo por no saber matar el partido pese al cerco a De Gea (el día más desacertado de Villa como culé tuvo mucho que ver ahí) y se acabó sufriendo por el alien que se apoderó del tobillo de Messi tras la goikoetxeada de Ujfalusi.

Hasta el amargo trago final (Qué Tomas, Ujfalusi?) todo fue fútbol. Consciente del tallo al que se enfrentaba, Pep regresó a sus orígenes en el Dream Team y dispuso un dibujo que permitía el fallo delante pero no en el medio. Así fue.

Si por algo destaca el Atlético es por la potencia sin control, que no le sirve de nada ante su ciudadano intercambiador de golpes pero de mucho ante la valiente inconsciencia del que va a buscarle con un espacio por aquí y algún que otro regalito por allá.

Sin el colchón de marca de Keita o Mascherano, y con Xavi e Iniesta permanentemente en campo contrario y asiduamente por delante del balón, dos conceptos se antojaban claves ayer: 1. La posición de Busi, que debía asegurar superioridad con balón en la media y sin él en el eje defensivo, y 2. La infalibilidad en la sala de máquinas, habida cuenta de la falta de efectivos propios en el repliegue y del excedente ajeno (Reyes, Simao, Kun, Forlán) en el despliegue. Mejor fallar un gol que un pase. Así fue.

Tras el partido más serio de su equipo en lo que llevamos de ejercicio Guardiola tuvo que ponerse también serio ante los medios. Ante el mutis de sus superiores tuvo que volver a articular él un discurso institucional salpimentado de la impotencia de comprobar como tras cazar de Messi el populacho evocaba al villarato.

No debe sorprender esta tempestad tras los vientos sembrados por ayudantes de dirección como Relaño e Inda, que llevan tres años pretendiendo manchar los logros culés con insinuaciones de favoritismo mientras aconsejan parar a la estrella azulgrana por lo civil o por lo criminal. Así fue.