Yo entiendo que la cría del churumbo es un ejercicio complejo y que a muchos se les enfrían los pies pasadas unas semanas de vía-crucis. Es un trance complejo, desagradecido, hay que meterle muchas horas, y a muchos, a pesar de haber deseado un bebé con todas sus fuerzas, se les hinchan los cojones. No les culpo; yo mismo he tenido instantes de duda y he ponderado tanto la donación del gato a algún centro de acogida como la fuga nocturna a Brasil bajo una nueva identidad. Es un poco como la configuración de una Dreambox o un servidor Apache ™: mucho trabajo con un retorno de la inversión discutible –if any.
Tradicionalmente como sabéis –vosotros mejor que nadie- a los niños se les echaba al container enrollados en una toalla o papela jaco. Por la mañana un innocent by-stander lo encontraba, lo daba a las monjas, y luego lo daban a alguna pareja con solvencia tanto financiera como moral. Pero a partir de principios de los años 90 se popularizó el abandono de niños en el Camp Nou.
“Atenció si-us-plau: es troba perdut a l’Estadi el nen John Fitzgerald Kennedy. Es prega als seus acompanyants (creo que Vich no decía ‘padres’) el passin a recollir a la porta principal de Tribuna, gràcies”. Recuerdo perfectamente que en una ocasión hasta tres niños fueron ‘perdidos’ antes del minuto 20, y raro era el partido en que un niño no era abandonado. Sin embargo de un tiempo ha nadie parece abandonar a su churumbo en el Camp Nou, o si el proceso continúa no me he enterado.
Socios que vayáis habitualmente: ¿podéis confirmar que ya no se oye a Vich advirtiendo de abandonos? Caso de confirmarse ¿qué hacen hoy en día los padres que quieren desprenderse de tan gravosa carga?