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Nessun dorma

Hoy he escuchado en la televisión un pequeño fragmento del aria “Nessun Dorma” de Puccini y a mi mente han llegado recuerdos de un año mágico. Porque cuando Andrea Bocelli cantó el precioso fragmento de Turandot en el estadio Olímpico de Roma estábamos a las puertas del cielo futbolístico, un cielo que aguantó a Messi en el aire durante unos instantes, los suficientes para poder cabecear un balón servido por su  inseparable socio y que nos llevó al culmen de la felicidad. Es triste pensarlo pero nunca se repetirá el momento en el que fueron dioses, en el que nadie en el mundo se atrevió a discutir su grandeza. El momento en que fueron puros.

Ese gran momento ya no sirve más que para el recuerdo. De hecho, el juego desplegado en Wembley el pasado mes de mayo fue de más quilates y probablemente el actual Barça sea un equipo más completo y experto que el del triplete pero nunca podrán repetirse las sensaciones de ese momento mágico. Desde entonces  hasta ahora no diré que se haya perdido el encanto pero sí algo de naturalidad y mucho de inocencia. En todo caso siempre podremos evocar ese momento mágico escuchando “Nessun dorma”, os lo aconsejo.

Como diría el gran Serrat, miré buscando al cielo inspiración y me quedé colgado en las alturas… porque hoy hay partido en el estadi contra el Athletic, un partido que da cierta pereza ante lo que viene el próximo martes, y cuya importancia puede ser máxima atendiendo lo que pueda ocurrir minutos antes en el Reyno de Navarra(…)por cierto al techo no le iría mal una mano de pintura(…)y es que cuesta, resulta cansino volver a hablar de Mourinho, de Floper, del césped, de la caverna cuando sabes que luchas contra molinos de viento y ante todo contra un pasado que difícilmente se repetirá. Quizás sea eso en lo que piense Pep cuando duda acerca de su propia continuidad.

Decir que el partido se presenta con una dificultad máxima, atendiendo la calidad del equipo de Bielsa y la inoportunidad en el calendario. La amplitud de plantilla del Barça abastecerá de las necesarias piernas frescas y el público debe hacer el resto. Será muy difícil aislarse de lo ocurrido el miércoles pasado en Milán y el Athletic viene eufórico tras resolver su eliminatoria. Será el momento del perdonado Thiago y del señalado Cesc, probablemente también de Pedro y Cuenca  a quienes también se espera que estén en el once titular. Debería descansar Xavi que salió del tortuoso césped (?) de San Siro con molestias en el sóleo y quizás Alexis que necesita volver a estar al cien por cien de sus facultades.

Soy optimista con respecto a lo que va a acontecer en las próximas semanas. No veo, a día de hoy, mejor equipo que el Barça. No cabe duda que sigue siendo el máximo favorito para ganar todos los títulos que dispute, y si su máximo rival en Liga se lo permite, también la Liga. De todos modos no ganarlos, para mí, no supondrá más allá que un hueco vacío en mi museo particular y unos días de no ver telediarios ni programas deportivos. Porque ya nadie me quitará esa excelsa imagen del 27 de mayo de 2009 y la música de Puccini sonando…

Dilegua, o notte!… Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!…All’alba vincerò!vincerò! vincerò!