– “Señor, hemos revisado los números varias veces y son correctos” -aseguraron tajantemente los técnicos.
– “Hijo de puta temerario…” -contestó el Director fuera de sí- “Secretaria, teletransporte a mi despacho al Controlador de Órbitas del Sistema Solar 2814”.
ZiummmmmFLASSSSSH…..
“…aunque le va a costar una pasta gansa, Sr. F…..!P-Pero que coñ…¿Donde estoy?…Mierdaaaa!!!”.
Boquiabierto, el Controlador dejó caer el teléfono al percatarse de donde estaba.
El Director: “¡Oh, disculpe si le he interrumpido. ¿Un asunto importante quizás?”
El Controlador: “¿Ein? ¡Noooo, que vaaaa! Estoo, hablaba con mi madre. Si, eso. Hablaba con mi madre”
D: “Por supuesto. Le preguntaba si ya le había lavado su uniforme oficial ¿no?. Porque no recuerdo haber autorizado que se pudiese trabajar en chandal”
C: “¿Es por eso? Le juro que no volverá a repetirse, señor. Entiendame, mi trabajo es muy aburrido. No sabe lo que quema controlar las aburridas órbitas en traje oficial”
D: “¡Malditos funcionarios! ¡Son todos iguales! ¿Sabe cuanta gente mataría por tener su trabajo, más aún con la que está cayendo con la crisis galáctica?”
C: “Disculpeme, pero no alcanzo a comprender para que me ha traido aqui. ¿Es por lo del chandal?”
D: (Conteniendo la ira) “Caballerete, el chandal será el menor de sus problemas. De hecho, debería conservarlo porque será lo único que le abrigará cuando viva debajo de un puente. ¿No tiene nada que contarme?”
C: (Haciendose el loco) “No tengo ni idea de a que se refiere”
D: “No tiene ni idea. Bien, bien. Verá: resulta que durante la auditoría de la última década hemos detectado sospechosas alteraciones en las órbitas en los planetas que se hallan bajo su supervisión. Concretamente, en los años 2004, 2010 y 2012 se produjeron alineaciones planetarias que resultaban imposibles sin que hubiese mediado la intervención del Controlador de Zona. Por si ésto no fuese lo suficientemente grave, comprobamos que en su cuenta corriente se produjeron ingresos multimillonarios procedentes de Grecia, Italia e Inglaterra. ¿Tiene algo que contarme ahora?”
C: (Abatido) “Lo siento mucho, me he equivocado. No vodvedá a ocudid”
D: “¿Se burla de mí? ¿Compara un elefante moribundo con la aberración que ha perpetrado usted? ¿No le enseñaron en su casa que con las órbitas no se juega? ¿Quiere joderme todo el continuum espacio tiempo? ¡Cuando acabe con usted, le va a caber dentro del ojal todo el Sistema Solar, satélites incluidos!”
De repente, el teléfono que portaba el Controlador comienza a sonar. Éste se abalanza sobre él para apagarlo, pero el Director se lo arrebata antes de que lo alcance.
D: “Quizás ignora que estabamos monitorizando su última llamada antes de reclamarle aqui. Deje, deje. Ya lo cojo yo. Vamos a ver lo que quiere “mamá”. ¿Diga? Habla usted con el Director de Órbitas del Universo (…) No, no conozco a Massimo ni a Roman ni se como consiguieron éste número (…) ¿Ser superior? No me haga reir (…) Oiga caballero, puede que en su planeta toda persona tenga un precio pero lo que usted quiere no sólo es ilegal sino que…¿CUANTO DICE?!!! Virgen Santa de Ganímedes!!! (…) Apunte el número de cuenta (…) Por supuesto que la discreción es fundamental. Pierda cuidado (…) Ja,ja,ja. Que cosas tiene usted, Señor F. Diga usted que si, que se joda el espacio-tiempo (…) Quite, quite. Para eso estamos. A mandar (…).
Mientras el Controlador imaginaba su destierro descapullando wookies en el confín más remoto de la galaxia, el Director le tendió la mano muy amistosamente.
D: Levantese, joven. (Se disculpa mientras le alisa la ropa) Le ruego que perdone mi enojo de hace unos momentos pero es que no se imagina lo estresante que resulta mi puesto. Por cierto, cuando vuelva a su trabajo tengo un encargo para usted. Digamos que será nuestro secreto. (Le tiende un papel con unas coordenadas y la fecha “Mayo 2013”). Una curiosidad: ¿está usted familiarizado con la expresión “ir a medias”?