Definitivamente, San Siro es un campo que no se le da bien al Barça. Más allá de sensaciones sobre el juego, los jugadores parecen otros sobre el indigno patatal milanés. Mucho glamour, muchas 7 Copas de Europa pero el estadio de Vallecas tiene un césped mejor que el del equipo de Berlusconi. Jugadores como Xavi o Iniesta, auténticos estilistas del balón, necesitaban ayer hasta tres controles para bajar el balón y no digamos otros, menos finos, como Mascherano o Alexis. El calendario ha querido que el Barça se encuentre con tres escenarios en los que últimamente se encuentra incómodo: el increpante campo del Sadar, San Siro y el maligno de Undiano. Hasta el momento llevamos dos empates.
La alineación de ayer, probablemente la hubieran firmado muchos antes de comenzar el partido y pocos al acabarlo. La ausencia de Bartra en el once o la presencia de Iniesta son dos factores al menos discutibles, dado el rendimiento reciente de ambos en el equipo. Pero elemento decisivo no fue la alineación, sino el horario. Seguramente, a causa del caos de horarios que existe últimamente en la LFP (Liga Florentino Pérez), el Barça acudió a San Siro a las 21 horas y no a las 20,45 h. como hizo su rival, y cuando quiso darse cuenta, ya perdía 1-0, con gol de Robinho tras pase de un sorprendente Kaká, quien ayer por unos minutos hicimos que recuperara el acento en la “a”.
Pues eso, que recién iniciado el partido ya íbamos perdiendo por un regalo impropio de dos jugadores internacionales como Piqué y Mascherano quienes parecían haber abandonado últimamente la costumbre de hacer estas concesiones pero que ayer, motivados por ese incómodo escenario, volvieron por sus fueros. Pero la diferencia entre ambos estuvo en la zona de entrevistas, mientras Mascherano reconoció sin ambages su error, casi con lágrimas en los ojos, a su compañero aún lo esperan. Eso honra al argentino, del otro, mejor no hablar.
El Barça tuvo una tímida reacción tras el gol, y el Milan tuvo a bien perder una pelota en defensa lo que supuso un contrataque en el que Iniesta asistió perfectamente a Messi y éste, tras un control orientado hacia su lado bueno, definió al palo del portero con la precisión que caracteriza al mejor jugador del mundo. El equipo pareció crecer, aunque sinceramente, hubo mucho más control de balón en zonas muertas que sensación de peligro real.Apenas tres ocasiones de Neymar , Alexis y Adriano junto a un canary-chut de Iniesta fueron todo el bagaje ofensivo del Barça, que, en muchos tramos del partido recordó al de la temporada pasada en idéntico escenario.
Lo dicho, el resultado es aceptable pero las sensaciones no lo son. No me gustó la falta de autocrítica de Martino en Pamplona ni me gustó la de ayer. Acepto que el equipo pueda estar en crecimiento y que Messi esté al 40%, o al 20%, pero la sensación de falta de ideas en el centro del campo fue preocupante y el hecho de que, casi siempre. acabemos marcando a la contra me hace pensar que el Tata está interpretando una partitura que no le gusta pese a que se haya metido en la mismísima casa-museo del tiki-taka.
Confío en el crecimiento del equipo el sábado y ver una mejor versión de los peloteros del centro del campo sobre un césped en condiciones. Espero también que, por una vez, los goles se los tenga que trabajar el contrario y no sean a causa de regalos y confió, sobre todo, en que volvamos a ver una versión de Messi parecida a la del poseedor de cuatro Balones de Oro y no al renqueante que hemos visto en estas últimas dos fechas. Si se dan todas o la mayoría de las premisas, no tendremos problemas para ganar al maligno, si no, patirem.