Transición s.f. Situación o estado intermedio entre uno antiguo o pasado y otro nuevo, al que se llega tras un cambio.
Tras lo ocurrido estos últimos días en Camp Barça no me cabe la menor duda de que transición es el término que mejor define la situación en la que se encuentra el club. Si Martino es un entrenador puente hacia un nuevo proyecto tras el excelso equipo de Pep Guardiola, no me cabe ninguna duda de que Barto es un presidente de paso al que únicamente debemos pedir rapidez y discreción en su cometido, que no es otro que llevar al club a un nuevo proceso electoral, no más allá de este verano.
Como no podía ser menos el partido de ayer también puede considerarse de transición, en una jornada en la que nadie pinchó y que abre las puertas de un periodo en la que van a decidirse los títulos. Como tal, el partido de ayer no fue excesivamente brillante, fundamentalmente en el juego de equipo aunque sí se detectaron progresos individuales de jugadores que posiblemente tengan planes más allá del final de temporada. Lo preocupante es la falta de evolución del conjunto, algo estancado en la combinación y con problemas atrás por resolver. La gran calidad de algunos jugadores y, sobre todo, de ese pequeño argentino que vuelve a estar en forma, hace que el Barça sea claro candidato a la Liga y tenga igualmente opciones a la Champions. Estas próximas semanas van a ser decisivas para vislumbrar el rumbo que toma el equipo. No me hagan apostar.
El Tata salió ayer con todo lo que tenía. La semana que había pasado el club no invitaba a probaturas y, ante la ausencia de Iniesta, colocó a Cesc de volante y a Messi de enganche, al más puro estilo canchero-rosarino. El equipo salió concentrado y apenas se perdieron balones de riesgo en la primera parte aunque el Málaga tuvo la ocasión a balón parado de cada partido que Valdés pudo salvar. Las ocasiones del Barça se sucedían aunque ayer los delanteros no estaban finos ante la renuncia de Messi a sustituirlos. Tuvo que ser Piqué, que este año se ha destapado como goleador, quien, una vez más ,abriera el partido en un córner que prolongó el siempre combativo Alexis. El gol quitó tensión a la grada y al equipo, que bajó un par de puntos de gas, hasta que la pulga decidió el partido.
En la segunda parte el Málaga quiso plantear algo de pelea ante el único gol que reflejaba el marcador pero el mejor jugador del mundo tomó las riendas del partido y fue directo a la yugular de la defensa malaguista que solo pudo ver como se escurría en la zona de tres cuartos para asistir a Pedro que definió como no supo hacer Alexis en la primera parte, matando definitivamente el partido. Finalmente la puntilla fue de una jugada similar en la que Pedro, jugador insustituible en este momento, en lugar de definir, asistió a Alexis quien solo tuvo que empujarla para rematar el partido.
Del resto únicamente destacar la salida al campo tras más de una temporada del bueno de Afellay del que muchos ni se acordaban y que desgraciadamente no tiene futuro en este equipo y la desafortunada actuación de Clos Gómez que se tragó el silbato en un claro penalti de Sergio Sánchez a Pedro.
La Liga, tras más de una vuelta transcurrida, está prácticamente como al inicio con los tres grandes en un punto de diferencia pero con estados de ánimo diferenciados. El Madrid está exultante tras el Balón de Oro a Ronaldo con una euforia que me recuerda la del listo que cree haber engañado a un retrasado en el timo de la estampita, nada que me sorprenda. Al Atlético lo veo muy cansado de soportar el estrés que les somete el Cholo desde el inicio de temporada a una plantilla de apenas 15 jugadores de nivel. Y al Barça lo veo muchas veces con el automático puesto, jugando de memoria aunque con un punto de amnesia. Queda menos de un mes para que vuelva la Champions y ahí es donde se van a marcar diferencias. Y Messi es plenamente consciente de ello.