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Yoyalodije

El tiempo entre costuras

La plantilla del Barça no está para competir físicamente en el fútbol de superélite. Cojones, si hoy [ayer] Manucho y Javi Guerra nos han vuelto locos a base de bajar pelotazos y ganar la posición. Que el otro día Vela y Griezmann parecían aviones, y hasta un futbolista estático y liviano como Zurutuza parecía Desailly al lado de los nuestros.

A este equipo lo han mantenido con vida esos estertores de ‘estilo irrenunciable’ que han ido apareciendo a cuentagotas, la bestial calidad individual de algunos en ocasiones, y la tremenda (y tristemente selectiva) competitividad y mentalidad de los futbolistas en algunas grandes citas… pero al final, esto da para lo que da, y en cuanto ha saltado la primera costura el vestido se ha hecho jirones.

Podemos entrar a valorar las capacidades de Martino… pero si lo hacemos, analicemos también su fortaleza (o la falta de ella) en el club para emprender según qué caminos y/o tomar según qué decisiones; los apoyos que iba a tener (y está teniendo) de sus superiores o la actitud de algunos pesos (demasiado) pesados de la plantilla, para con el Tata en particular y para con el fútbol en general. Lo que me parece injusto es exigirle algo que, en primer lugar, desconoce, y en segundo, tampoco es lo que buscaban aquellos ineptos que decidieron contratarle. Y en todo caso, decir también que si bien no se le puede eximir de su responsabilidad, Martino hoy por hoy es un cubito de hielo dentro del iceberg que es la casa de putas en la que nos han convertido al club.