Lo peor del mordisco de Suárez no es el mordisco en sí: puede resultar muy llamativo por lo inhabitual, pero una mala patada, un codazo o sin ir más lejos la ida de olla de Ballotelli pueden resultar mucho más peligrosos para la integridad física de un rival. Lo realmente grave de la acción del charrúa es, efectivamente, que después de hacerlo con el Ajax y recibir un pedazo de castigo, hacerlo en el Liverpool y recibir un castigo todavía mayor y ser objeto de una persecución infame (unido a su episodio de ‘racismo’ con Evra), ha sido lo suficientemente estúpido como para reincidir; además en un escenario en el que, muy probablemente, no pueda volver a participar hasta dentro de cuatro años.
Futbolísticamente, su fichaje sería una panacea… pero es innegable que esta ‘tara’ le resta muchisimos puntos y además seguro que es un hilo del que la Central Lechera tiraría muy, pero que muy mucho. De todas maneras, en caso de que venga, es cuestión de mentalizarle y mentalizarnos… y ojalá sea así, porque creo que los pros de su fichaje siguen superando en gran mediada a este ‘contra’ tan llamativo.