Meter a Rakitic en el once ha hecho que Iniesta no deba estar tan atento a cerrar, cortar y recuperar.
Ha hecho que Messi esté más ayudado en la culminación por un Iniesta más creativo y fresco.
Ha hecho que Busquets no deba estar tan hiperocupado resolviéndolo todo y ayude más a los creadores.
Ha hecho que Alves pueda subir mucho más y más libre.
Ha provocado que la segunda línea de defensa rival tenga que estar más atento a sus incorporaciones y chutes de lejos y deje medio metro más a Messi. Eso es suficiente para el argentino.
Y meterlo a él en el Barça le libera a Rakitic de ser referente único en ataque y poder ayudar ahí donde le plazca.
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