Dos jornadas y las diferencias de Luis Enrique con su predecesor son abismales. Confianza con los jóvenes y meritocracia son sus señas de identidad a pesar de que en rueda de prensa pueda dulcificar su imagen. La verdad es que solo por eso ya merece la pena concederle la posibilidad de reflotar esa nave que iba a la deriva, eso y la evidente recuperación de Messi que ha venido de las vacaciones con las ideas muy claras.
La única excepción fue situar a Piqué en la alineación en detrimento del estocado Bartra aunque, a decir verdad, cumplió de sobras en una plaza complicada. El que no estuvo tan fino fue Mathieu a quién se le vieron las costuras a poco que el Villarreal estiró las líneas tras el gol. Mucho tendrá que mejorar para ser el central que necesita este Barça. Alves manipuló el inicio de multitud de jugadas de ataque, algunas con sentido y otras con poco futuro pero su insistencia habla muy bien de su tono físico.
El centro del campo fue un recital de Busi y Rakitic en una labor de recuperación constante y pase de primeras. La labor del croata en el centro del campo es impagable superando con entrega aunque no en calidad al denostado Fàbregas, esperemos que mantenga el tono después de Navidades.
La delantera es Messi y los que quieran asociarse con él. Munir no estuvo ayer fino y Pedro desaprovechó las jugadas claras que tuvo. La salida de Neymar dio para una asistencia a un Messi desatado ya a esas alturas de partido. Sandro estuvo donde tocaba, y ya es mucho.
El Barça tuvo ocasiones para avanzarse con un par de jugadas de Pedro en la primera parte y otra de Messi que dio en el palo de Asenjo, pero fue a partir del minuto 70 cuando se sucedieron las jugadas de peligro hasta que una buena asistencia de Neymar habilitó a un rapidísimo Messi que dribló y metió un balón entre las piernas de Asenjo que remató Sandro a boca de gol. Después el Villarreal pudo marcar y el Barça también aunque el resultado parece justo ante el dominio casi absoluto del juego por parte de los blaugrana.
El arbitraje de Velasco Carballo fue tolerante con el Villarreal y exigente y con prejuicios con el Barça. Se encaró con Alves tras una jugada en la que se equivocó gravemente, no pitó un penalti bastante claro y discutió con Messi airadamente tras recriminarle el ayer capitán los agravios comparativos que estaban sufriendo. Parece que este será el nivel durante el resto de la temporada a no ser que Bartomeu de un puñetazo en la mesa de algún despacho…oh wait.
Pero ayer el día fue redondo y no por ver las fotos hackeadas de la Upton y la Lawrence (que también) sino por la sorprendente derrota/humillación del maligno en Anoeta. Tuve la suerte de ver el partido a partir del empate y la imagen de los de fucsia fue dantesca ante las embestidas de una Real que por momentos parecía ser la campeona de Europa y no la banda que había enfrente. Un consejo: no fiarse, son el maligno pero las risas ya no nos las quita nadie.
Ahora viene el primer parón por selecciones y tanto Messi como Iniesta ya se han borrado. Parece que esta vez van a hacerse bien las cosas, ya dieron lo que tenían este verano y ahora toca responder por sus sufridos aficionados. Ahora nos toca a nosotros.