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Crónica

Y que siga la fiesta

Tres de tres y líderes las tres jornadas disputadas, objetivo cumplido para este nuevo Barça de Luis Enrique que se quiere desmarcar de un forma clara de lo visto en las últimas dos temporadas en el Camp Nou. El asturiano entrena, dirige y alinea sin tener en cuenta nada más que el trabajo en los entrenamientos y el rendimiento en el campo y, en cada partido, está consolidando más su proyecto. Ayer el equipo, como en Villarreal, tuvo que apretar los dientes y seguir insistiendo a pesar de no lograr el objetivo hasta pasada la media hora de la segunda parte. El equipo ganó con templanza, confianza y seguridad en el propio juego que es lo único que te puede llevar al éxito.

Porque el de ayer no fue un partido fácil. El lamentable horario y los fastos de la Diada podían despistar al colectivo con relación a un Athletic Club de Champions que venía a pescar algo serio del Camp Nou. Una vez más sorprendió Luis Enrique con una alineación en la que no estaba Piqué, a pesar de haberse saltado la convocatoria con la, cada vez más pesada, selección española y, sobre todo, sin Neymar,la estrella de los 100 kilos, que había jugado normalmente su partido con la canarinha. Otra vez se atrevió con Munir y el joven delantero se lo agradeció con trabajo y con un gol que el cicatero árbitro tuvo a bien anular.

El Athletic tomó la iniciativa y le quitó el balón al Barça en los primeros compases del partido saliendo en un par de contras sin demasiado éxito. A pesar de ello el extraordinario trabajo de Busi y Rakitic (qué gran fichaje) en la medular fue decantando el partido hacia el lado culé y, poco a poco, el Barça fue madurando el partido hasta que, en la segunda parte, surgieron, sobre todo, las figuras de Jordi Alba y el gran Messi que desarbolaron por completo al Bilbao.

El gol, como decimos, debió llegar en una buena triangulación de Alba que sirvió para que Munir rematase a gol pero entre el asistente y el penoso Borbalán anularon un gol clarísimo al chaval. Neymar salió por el aplaudido Munir. El partido fue madurando y Busi robó un balón en campo bilbaíno de tal modo que asistió a Messi para que esté hiciera la primera asistencia de la tarde para Neymar que no sin suspense coló con suavidad en la portería de Iraizoz para abrir el marcador. Messi después mereció marcar pero su marcaje de hasta tres hombres a la vez permitió que, en una deliciosa jugada de gambeteo que solo él puede realizar, llegara hasta la línea de fondo y asistiera de nuevo a su socio brasileño para que colocara el balón en la base del poste derecho y finiquitara el partido.

Capítulo aparte merece la actuación del colegiado almeriense Fernandez Borbalán. No sé si fue predispuesto o tiene algún problema político pero no se conformó con birlarle dos penaltis claros a Munir, que también, ni con anularle un claro gol al chaval ni hacerse el sueco en una clarísima falta a Neymar en la frontal rojiblanca sino que pitó todas las faltas en contra, birló varios córners claros al Barça y se descojonó del personal cuando Iraizoz perdió todo el tiempo que  supo y pudo. Llevamos tres jornadas y tres atracos arbitrales con premeditación y alevosía, convendría que comenzaran a saltar las alarmas en la zona noble del Camp Nou porque no quiero pensar cómo será el arbitraje el próximo día 25 de octubre en el campo del Mal.

Las risas se prolongaron cuando un par de horas después vimos al triste Madrid de Floper al que solo le queda la suerte y los arbitrajes y que fue desmantelado en la segunda parte por un compacto Atlético comandado por un Turán que me hubiera gustado ver de blaugrana.Sinceramente no sé si hubiera sido mejor un empate para nuestros intereses pero las risas de ayer ya no nos las quita nadie. Y ahora la Champions.