Qué difícil es escribir sobre un partido que, unas horas después de finalizado, ya sabes que ha entrado directamente en la historia del Barça, un partido que la mayoría vimos en máxima tensión y que, seguramente, disfrutaremos de verdad cuando veamos repetido.
Lo que voy a escribir son mis sensaciones tras una primera visión del partido y del maravilloso postpartido que apuré hasta el último segundo. Vamos allá.
El Barça de Luis Enrique siempre será recordado como el que nos dio la felicidad aquella calurosa noche de junio en el que nos convertimos en pentacampeones de Europa, pero campeones de verdad, sin ánforas, sin escoger rivales ni árbitros. DE VERDAD.
También recordaremos esa alineación que todos nos aprendimos de memoria desde que se le ocurrió la idea de rotar a Messi y Neymar en aquel mítico partido de Anoeta: Bravo/Ter Stegen, Alves, Piqué, Mascherano, Alba, Busquets, Iniesta, Rakitic, Suárez, Neymar y Messi son los artífices de este maravilloso triplete y todos han demostrado por qué son los titulares.
Pero empecemos el partido. Si, como bien dijo nuestro apreciado Salva, los grandes partidos son como matrioskas el de anoche no decepcionó en ese sentido porque hubo tantas finales en la misma que el partido fue un Dragon Khan de emociones hasta la gloria final. Porque el Barça comenzó bien, muy bien, tanto que en la primera jugada de ataque marcó un golazo, un balón que habían tocado todos los jugadores al menos una vez acabó en Messi que, como siempre le dio el toque mágico con un cambio de juego radical a Neymar, que combinó bien con Iniesta y éste con Rakitic que marcó un golazo que nos hizo levantar del asiento. A partir de ahí el Barça tuvo buenos minutos y pudo sentenciar, especialmente con un chut de Alves a bocajarro que paró de una forma increíble Buffon manteniendo a su equipo en la Final. El porterazo italiano estuvo sublime anoche demostrando por qué sigue jugando a pesar de sus 37 años.
La Juve fue despertando poco a poco y el Barça se fue confiando de tal modo que, a poco de comenzar el segundo tiempo, una buena jugada por banda acabó en pies de Tévez que se giró y se sacó un disparo seco que Ter Stegen no pudo atajar y Morata igualó el encuentro. A partir de ahí hubo unos minutos en que el Barça estuvo grogui y una mejorada Juve, comandada por Marchisio y Pogba, achuchó al Barça hasta que despertaron a la Bestia.
Lionel Messi no estaba haciendo un buen partido pero supo que, bien o mal, ese era su momento y sacó de nuevo su varita y tomó las riendas de la final hasta que vio a su amigo Xavi levantar la orejona. Con una Juve desmelenada, Messi pilló una buena contra y cuando llegó a una distancia buena de disparo se sacó un zapatazo que Buffon apenas pudo desviar para que Suárez , que bueno que viniste, marcara el gol que decidió la final. A partir de ahí la Juve se desfondó y el Barça contragolpeó de forma brutal hasta que Neymar, en el minuto 6 de un absurdo descuento, marcó el gol definitivo y se desbordó la euforia.
A partir de ahí la gloria. El gran Xavi se pudo despedir como quería, levantando esa quinta orejona al cielo cinematográfico de Berlín, Iniesta consiguió ganar su cuarta Champions en el césped y todos nos dimos cuenta de que estamos viviendo unos años mágicos, irrepetibles, bajo el influjo del mejor equipo de la historia.
Ahora, lo de ayer ya es eso, historia y nos quedaremos huérfanos de fútbol unos largos meses aunque siempre podremos poner el play y recordar qué felices fuimos aquella calurosa noche de junio.
Força Barça!!!!
Pentacampeones de Europa
A por la Sexta!!!!