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Yoyalodije

El prestigio

De hecho, aun hay algún aficionado del ManUnited que piensa que la final de Roma’09 habría sido diferente de haber podido contar con Fletcher (!), expulsado en semifinales frente al Arsenal. Llegaban pavoneándose de poseer el mejor jugador del mundo y la mejor defensa de Europa (Van der Sar-Vidic-Ferdinand) y al final lo que les hizo perder fue no contar con un ‘Amor’ de la vida. Imaginaros el ridículo tan espantoso que haríamos nosotros si perdemos el primer Wembley y nos ponemos a llorar porque nos habían sancionado al “megustasmucho” de Benidorm contra el Benfica.

Y lo que no tiene precio es pasearse por comentarios de la gazzetta.it y ver a aficionados de la Juve y el Inter peleándose sobre qué Barça era mejor, el actual o el de Guardiola en 2009-10: que si uno tiene la mejor delantera de la historia del fútbol de clubes, que si el otro era la selección campeona del mundo+Messi, que si tu deberías ir de peregrinaje al volcán islandés (?), etc.

Todo este prestigio ya nos lo hemos ganado para la eternidad, ese respeto reverencial de nuestros rivales a la camiseta (por muy fea que nos la diseñe Nike), a la idiosincrasia propia del club, como los Madrí, Bayern y Milan se lo ganaron hace 55, 40 y 25 años, y que alcanza a todos: medios de comunicación, aficionados y se acaba traspasando a los técnicos y futbolistas. Por eso Ancelotti vino a jugar con el PSG y entró al Camp Nou medioacojonado pese a tener enfrente a un Barça mermado físicamente, entrenado por Roura y con Messi en el banquillo. Incluso en la ida del Bayern-Barça del famoso 7-0, los primeros 30 minutos fueron de tanteo de los muniqueses, de esperarlas venir y sin atreverse a atacar mucho hasta que comprobaron que estábamos para el arrastre. Por eso podremos portar con orgullo nuestro propio multiple-winner-badge en la manga, porque nos lo hemos ganado.