Cuando apuestas en exclusiva por el músculo, la táctica o la velocidad sucede esto: que te igualas por debajo con selecciones de otro nivel más bajo.
Actualmente equipos como Islandia, con una buena generación de jugadores, pero que en otros tiempos no hubiera accedido a la fase final ni de coña, triunfan porque el resto de selecciones se han hundido (aparte de la ampliación).
A eso se le llama “fútbol moderno”. Y es el que desde hace años quieren que nosotros juguemos (el balonmano y tal…), cuando nuestro punto fuerte es todo lo contrario.
Es tan simple como que si te equiparas en talento a los equipos menos talentosos pierdes tu principal ventaja. Porque el físico y el trabajo táctico los puedes adquirir, pero ellos también lo tienen. Lo que en teoría no tendrán nunca es la calidad.
Que queramos jugar bien no es porque sí, es porque es la manera más fácil y efectiva de ganar.