Veo a la gente muy alterada por el Estugarazo. Actualidad obliga (y además, las putas autoactualizaciones del Windows me han jodido medio post sobre el modelo), o sea que vamos a dar las claves del momento de juego para tranquilizar al barcelonista patidor.
Parece ser una corriente de opinión mayoritaria el hecho de que estamos viviendo los mejores momentos de nuestra historia, de que este equipo es imparable y que deslumbramos allá donde vamos.
Hay consenso, también, en que la inmensa mayoría de nuestros rivales son de mediocre para abajo. La liga será cosa de dos, no se pierden puntos excepto en enfrentamientos directos, sorteo de Champions inmejorable, y la mayoría de títulos deben ser poco más que un trámite, pues el Madrid es un equipo sin defensa, sin medio campo, con una delantera con Igualin, que solo marca a colistas, y Benzema que no marca a nadie… encima han fichado al Canales ese, que les va a coser a autogoles en cuanto ponga el pie en el Bernabéu.
Esta euforia es comprensible. Nosotros, que malgastamos nuestras vidas obedeciendo a arbitrarios jefes en un curro de mierda, pagando impuestos absurdos para mantener a 25 millones de parásitos, que agachamos las orejas (algunos, agachan, además, cornamenta) ante los delirios y caprichos de nuestras esposas, o que malcriamos a nuestros hijos para que nos terminen dando por culo, por una vez, en algo en la vida, estamos en el bando ganador: el Barça.
Claro, después de la primera derrota en liga y el partido en Alemania, para no parecer imbéciles, querremos matizar estas afirmaciones, aplicando una capita de esa gama de grises que solemos obviar en el fragor del debate. Correcto, pero, yo no compro ni lo primero ni lo segundo. Para tener unos rivales tan fáciles, nos está costando ganar y nos está siendo imposible convencer. Y nos viene de agosto. Más que por los resultados, que están siendo excelentes yo estoy preocupado por esa coletilla que, últimamente, no paro de oír y leer al final de muchas frases de grandes barcelonistas y de personajes mediaticos: “…el peor XXX de la era Guardiola”. Donde XXX puede ser un partido, un jugador, un medio tiempo, la calidad del juego, o mil variantes mas.
Respecto a lo de el mejor equipo de nuestra historia y que somos la leche… ¡Hamijos! ¡Esto era el año pasado! El equipo de este año, al margen de su historial, dudo que entrara entre los diez mejores equipos de nuestra sagrada historia por lo que ha hecho desde Roma hasta hoy. Nadie recordara in eternum ninguno de los partidos del segundo proyecto de Pep. Parece, pues, aunque cueste aceptarlo, que equipo vive los momentos más bajos desde que entrena el de Santpedor.
¿Motivos? Habrá miles. Ya analizamos los actitudinales y de dinámicas de grupo en “Orgullo y Perjuicio”, y sobre todo, en “6 copas de más”. Hoy desmenuzaremos patrones de juego que se pueden observar respecto al equipo del año pasado:
Eto’o vs. Ibra: Sin entrar en el bucel de quien lleva más goles, se dice de Ibra que aporta cosas distintas. Podría ser cierto, pero de momento nos resta más de lo que nos da. Con Ibra pasamos de tener una delantera muy móvil, con posibilidad de permuta constante de posiciones Eto’o-Messi y Eto’o-Henry/Iniesta, a un delantero centro mucho mas estático, que difícilmente se abre a banda y permite mover piezas. Esto produce dos efectos que son perniciosos para el juego que hacíamos el año pasado: Messi pierde posibilidades, quedando relegado a hacer esa jugada de driblar a 2 o 3 y chutar o centrar. El espacio que Ibra ocupa entre la frontal y el punto de penalti es donde, antaño, llegaban los mediocampistas para hacer paredes y diabluras con Messi y Eto’o. Hoy es coto vedado. Esto nos lleva a un Messi más individualista y menos asociativo, y a unos mediocampistas que raramente pisan la frontal y a unos extremos que pierden metros cuando deciden irse al centro. Las pocas permutas de posiciones combinadas con las pocas posibilidades de jugada, hacen que nuestros delanteros sean más previsibles, y sea más fácil para el que los marca recibir ayudas, por lo que vemos menos desmarques. Esta situación delante, nos complica las cosas en medio campo. Donde un pasador, cuando lo acosaban, tenía mínimo tres posibilidades de pase, hoy tiene una o dos. Esto deriva en que, los pequeños tienen que pisar la bola y esperar a que alguien se ofrezca, y los grandes pierden más bolas de las que deberían. Perdemos velocidad y precisión con el balón, que deberían ser nuestra principal manera de desmontar cerrojazos y presiones en nuestro campo. Además, la mayor facilidad de marcaje de los delanteros hace que sea, también más fácil tener controlados a los interiores.
Peor equipo titular: Para empezar, el equipo titular que el año pasado todos teníamos clarísimo en la recta final de la temporada, este año presenta algunas dudas: ¿Henry o Pedrito o Iniesta? ¿Busi o Toure? ¿Ibra o… Ibra? En cualquiera de los casos, salimos perdiendo respecto al año pasado, puesto que no tendremos en la izquierda alguien mejor que el Henry de la 08-09 ni mejor medio-centro que ese Toure imperial. A partir de aquí, cada cambio, con una plantilla tan corta, implica desvestir otro santo. Creo que es clave que resolvamos estas dudas antes de entrar en el momento decisivo.
Sea por actitud, por que los fichajes no rinden como esperábamos y no ejercen presión, porque la plantilla es un año más vieja, o porque el brujo Pepe nos ha echado una maldición, muchos de los titulares están con las piernas más pesadas o las ideas menos frescas. Solo Valdés y Abidal parecen haber aguantado el tipo respecto a la temporada anterior. El resto, un peldaño por debajo, cuando no un piso entero.
Alves: Menos incisivo y preciso, era básico para sembrar el caos en la retaguardia rival. Este curso, Abidal está ofreciendo más llegada que el brasileño, y el equipo (y Messi) adolece de eso. Su menor empuje, implica, también, que el espíritu del equipo se diluya entre el hambre saciada y el pechofriísmo. Puyol ya no está para muchos trotes, con Piqué en la luna, Márquez en barbecho, y Eto’o desterrado, la cuota de mala leche que Cruyff contaba que debía tener cualquier equipo ganador (y que el buscó en tipos tan dispares como Stoichkov y Kodro) escasea en este Barça.
Soluciones: El equipo es fenomenal y puede seguir siendo ganador aun con estos lastres. Lo más estructural es el 9 estático. El resto es puramente circunstancial, y a la que encadenemos una buena racha en la enfermería, en el campo, y en el casillero, las cosas volverán a su cauce. En el caso Ibra, creo que es un magnifico delantero que condiciona totalmente nuestro juego. O cambiamos de juego o cambiamos de delantero. Si queremos seguir jugando a tocar y correr, nuestros hombres en punta deben ser Henry y Bojan, mas móviles que Ibra. Si queremos mantener a Ibra, cambio de esquema: el plan es habilitar llegadores. Necesitaremos bolas laterales (Alves, Maxwell), diagonales (Márquez, Piqué), y gente con remate de media distancia y capacidad cabeceadora (Keyta, Toure, Xavi, Henry) cerca del área. En punta, Ibra habilitando balones, y, cerca, alguien muy móvil y con remate (Messi, Bojan, Pedro). A mí me sale un 4-4-2 o un 3-5-2 con carrileros muy largos. Desgraciadamente, Iniesta, muy asociativo, pero poco chutador, se cae de este sistema, y podría entrar de revulsivo cuando necesitáramos cambiar un partido.