Cuando Florentino inventó la milonga de los galácticos los argumentos para defender eso eran muy parecidos a los que se esgrimen para defender la ShooperLeague. Que si las ventas de camisetas, que si el negocio global, que si el fútbol está cambiando y hay que ser visionarios… el resultado es ahora cuestionable: hiperinflación, deuda, jeques. Nada de lo que promete la ESL evita los problemas estructurales del fútbol-negocio. Incluso diría que los acrecienta. Me podría hasta parecer bien una ESL fundada bajo criterios deportivos: con ascensos, descensos o clasificación. Pero un club privado con miembros fijos me parece mal. ¿De verdad no os da que pensar la unánime reacción crítica de tanta y tanta gente del mundo del fútbol, aficiones…? Prometen humo. Ni los niños rata van a dejar el Fornite por el fútbol porque les pongas un Manu-Juventus el miércoles, ni esta maniobra está salvando al fútbol como dice Florentino. ¿Qué argumentos son esos?
No me gusta que se haga esta caricatura: los partidarios de la ESL como los pioneros y visionarios que han visto antes que nadie hacia dónde se dirige esto del fútbol y van a salvarnos de un deporte que está en decadencia; los contrarios como acomplejados anclados en el pasado con mentalidad cerrada y reticentes al cambio que se aferran a un romanticismo que ya había desaparecido. No amigows, no tan sencillo.
Si el Barça se vende por un plato de lentejas, pues sus motivos tendrá. Supervivencia, vision estratégica, interés… me parece perfecto. Pero digámoslo. No nos queráis convencer de que esta puta mierda hecha con nocturnidad y alevosía es respetable. Me parece una maniobra de tiburones y hombres de negocios. Que sí, que lo que existe con UEFAS, FIFAS y FEF es asqueroso también. Pero creo que el papel del Barça tendría que ser precisamente liderar una reforma profunda y democrática del mundo del fútbol, no hacer seguidismo acrítico de un proyecto liderado por Florentino y que ha logrado que los clubes fundadores sean despreciados por buena parte de la comunidad futbolística. Més que un club, los cojones.