Lo que está claro es que el diferimiento de sueldos NO es una opción.
Urge un acuerdo con la plantilla en estos términos:
– NO se van a abonar las partes de sueldo diferido
– NO se van a pagar bonus de fidelidad, aunque consten en el contrato
– Aquellos jugadores a quienes aún no se les haya aplicado previamente una adecuación a las circunstancias actuales se les recortará la ficha y se adaptará a la nueva escala salarial.
Si los jugadores no aceptan, entonces se deberán ejecutar igualmente estas medidas y si quieren, que vayan a juicio. En el mejor de los casos tardarán un par de años en recuperar el dinero y en el peor, la justicia le dará la razón al club. Ya hay un precendente -creo que con el Gimnàstic de Tarragona- en que el Club obtuvo el beneplácito judicial a modificar unilateralmente las condiciones contractuales de sus futbolistas debido a una situación de crisis económica.