Cuando yo digo que lo bonito en este mundo es moverse en la increíble escala de grises que oscila entre el blanco y el negro es por algo. Ni Mateu era dios, ni era un inútil. Ni creo que se haya ido porque todo es un caos, ni creo que se haya ido dejando un oasis de felicidad, entre lágrimas y recibiendo un reloj de oro y diamantes. Ni la plantilla es para descender, ni la plantilla es para arrasar en Europa. Ni Xavi es Lotina, ni Xavi es Pep, etc.
Mateu ha demostrado que era un ejecutivo fiable con errores y aciertos, se habrá ido por motivos sopesados y debatidos en los que mandan en el club, ha dejado una plantilla (a falta de que acabe el mercado) con lagunas y bastante decente habida cuenta de la situación. Xavi es un entrenador más culé que la bandera, que cobra dos duros y que está tragando carros y carretas desde estamentos arbitrales, afición, prensa, etc; pero que, obviamente, no es perfecto y tiene mucho que mejorar como entrenador, y así con todo. Quemarlo todo al primer mini dramita o no poder dar una opinión ligeramente en contra de alguna filia o ligeramente a favor de alguna fobia yo no lo entiendo ahora ni lo entenderé jamás.
No voy a señalar a nadie porque está feo, pero por ejemplo un yoyero el año pasado decía que Dembelé con sus cosas era el mejor que teníamos arriba y se tiró llorando su lesión 3 meses y este año a los que decimos que es una pérdida para Xavi nos pone de histéricos llorones y oligofrenicos. Blanco.
Tampoco digo nombres porque es absurdo, podría ser cualquiera (yo mismo caigo en contradicciones cada dos por tres), pero otro yoyero decía que íbamos a estar 3 años tragando paladas de mi3rda sin título alguno, y después de ganar la liga calificó la temporada de “normalita” y que así no podíamos seguir. Negro.
Mesura, coño, que nos dan (me incluyo, que a veces me pongo en modo ira) antorchas y nos falta un molino y el monstruo de Frankenstein.