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Yoyalodije

Cuéntame un cuento

De la misma manera que medio planeta tierra, estoy siguiendo una serie que se llama The Boys. La serie en sí es entretenida aunque si saco el tema no es por el argumento sino por algo que seguro que es digno de estudio por parte de sociólogos, a pesar de tratarse de una serie de ficción. Resulta que el “malo” es un supervillano llamado Homelander, algo que se hace patente ya desde los primeros capítulos de la primera temporada. Por lo visto, esto es algo que no pillaron los MAGAs y gente de derechas varias y lo tenían por el “bueno”, el superhéroe (igual el hecho de descuartizar a gente por diversión – en la ficción, claro – les parecía algo heróico).

Resulta que en esta temporada, la cuarta, ha quedado de manera clara y explícita que Homelander es el antagonista lo que ha despertado las iras de sus fans, que después de cuatro años han entendido la trama y patalean en las redes sociales afirmando que los guionistas se han vuelto wokes, y hablamos de una serie en la que las drogas, los desmembramientos, el sexo duro y una combinación de los tres anteriores en una misma escena, son habituales en cada capítulo. No sólo eso, sino que han empezado a acosar en las redes a los actores que hacen de “buenos”. Repito: ya que resulta que el personaje de ficción que adoraban es el malo y no se habian enterado, ponen a parir en las redes a los actores reales que interpretan a los personajes “buenos” en la ficción. Fascinante.

Estamos en un blog de fútbol, por qué os estoy soltando este rollo? Primero porque me aburría y me apetecía escribirlo, segundo porque Diplo hizo un llamamiento a soltar rollos ante la escasez estival y tercero porque es un ejemplo muy claro de la infantilización de la opinión pública. Otros ejemplos rápidos: “Si no me gusta es ilegal” o lo que seria lo mismo, el ideario político de Ciudadanos. “Si tengo un problema, es culpa de los demás y son los demás los que tienen que resolvermelo”, lo que parece ser el mantra de la generación Z. “Si no te gusta te jodes, que yo lo pasé peor”, argumento boomer por antonomasia. “Si no lo entiendo es una conspiración”, algo en que los millennials destacan… recordáis los negacionistas de la nieve? Maravilloso.

Y qué tiene que ver esto con el futbol? Pues que lo estamos viviendo con la movida Nico. Un periodista le pregunta a Lapo si Nico interesa y la respuesta es sí. Pregunta si hay pasta para pagarlo, la respuesta es también. Esto desata una ola de indignación entre leones y merengones (valga la redundancia), incluso una declaración institucional del Athletic por el “acoso” a Nico. Ojo, estamos hablando de rumores de fichaje, de un futbolista con cartel en la Euro, con una cláusula asequible y en pleno mercado de verano. Insisto: rumores, jugador que destaca, relativamente barato, en pleno mercatto. Ahora entendéis a que venian los ejemplos de antes. Infantilización de la opinión pública. En catalan tenemos una expresión que utilizamos con los crios cuando cogen una rabieta porque algo no les gusta: “M’enfado i no respiro”. Pues precisamente por eso el título de este ladrillo no es “El relato”, porque los relatos son para adultos. A los niños se les cuentan cuentos.