Volvió Yamal a la titularidad. Y volvieron las victorias contundentes tras varios tropiezos consecutivos en un noviembre de mierda –Flick dixit-. ¿Casualidad? No lo creo que diría aquel. Fue un partido donde Flick apostó por el que parece ser su once de gala, con la excepción de la entrada de Fallón Torres por Viejowski, a quien la edad le va pidiendo un respiro cada tanto.
El valenciano aprovechó su titularidad. Al menos por unos instantes. Cuando ambos equipos aún estaban tanteándose, el delantero hizo bueno el refrán de “a rio revuelto, ganancia de pescadores”. O de tiburones, en este caso. Lio de Mojica, lio de la defensa mallorquina al despejar una sencilla pelota y el de Foios que aceptaba sin disimulo el regalo para mandar el balón al fondo de la red. Eso sí, no tardó ni cinco minutos en demostrar que sus detractores siguen teniendo razones para acusarle de no tener nivel para este equipo. No volvió a hacer un remate decente en el resto del partido.
Y siguieron los de Flick, no muy vistosos, pero sí efectivos. Generando ocasiones y, como habitualmente, haciendo caer a los rivales en constantes fueras de juego. Pero el nivel de precisión sigue sin alcanzar el nivel de perfección deseado: cerca del descanso, el Mallorca rompió la línea defensiva para que Maffeo asistiera a Muriqi que marcaba a puerta vacía. Es decir, como cualquiera que dispara a una portería donde se encuentre Iñaki Da Pena.
Raphinga pudo devolver la ventaja a su equipo antes de enfilar el camino de los vestuarios. Pero su mano a mano fue detenido por Román. La temporada pasada, un fallo así habría hundido al por entonces conocido como Nadinhabsolutinha, pero tras su supersayayinización en ésta, el brasileño se puso de nuevo el traje de líder del equipo en la segunda parte. Eso sí, con la colaboración inestimable de Lamine. El Chaval forzó el penalty que Raphinga transformó con fuerza.
No le perdieron la cara al partido los locales. Y, pese a caer una y otra vez en fuera de juego, seguían presionando y, en ocasiones, merodeando el empate. Necesitaban los de Flick un gol que calmase las cosas. Hasta que Lamine explicó con un simple gesto técnico por qué su equipo le había echado tanto de menos: asistencia con el exterior del pie para que Raphinga siguiese convirtiendo en oro todo lo que toca.
Jarro de agua fría para los bermellones que acusaron el golpe. Pese a los cambios de Arrasate, entregaron los últimos minutos y lo pagaron porque los de Flick, cuando están entonados, no bajan el pistón. Nuevo pase con el exterior del pie del Chaval, para confirmar que lo anterior no había sido casual, y Pau Victor que asistía a FrauDe Jong. Y a los pocos minutos, intercambio de papeles, con Pau Victor cerrando la manita tras contragolpe conducido por el holandés. Pau ya supera en dos goles, los registros goleadores de Dugarry como azulgrana. Sí, lleva 2 goles en liga.
Y así, pese a algunas lagunas en momentos de la primera parte, se recuperaron en la segunda las sensaciones de aquellas deslumbrantes jornadas para volver a la senda del triunfo y de las goleadas. Sin Lamal, ni en Copa.